Shevchuk animó a rezar por los que buscan vías diplomáticas para detener la guerra en Ucrania
- 14 de marzo, 2022
- Kiev (Ucrania) (AICA)
"¡No se queden callados, no se queden al margen, no sean cómplices del crimen!", pidió el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica en su mensaje diario desde que inició la invasión rusa.
El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, su beatitud Sviatoslav Shevchuk, agradeció hoy al papa Francisco que este domingo “una vez más se manifestó en defensa de las ciudades mártires de Ucrania, en defensa de la ciudad mártir de Mariúpol, donde de nuevo esta noche y durante el día de ayer, fueron asesinadas cientos de personas”.
“Quiero dar las gracias a todos los líderes de los distintos países y estados, a los miembros de la comunidad internacional por buscar una solución pacífica a la guerra en Ucrania, quiero agradecer a todos los que buscan un mecanismo para detener esta guerra”, agregó en su mensaje diario desde que inició la invasión rusa.
“Evidentemente que, el tiempo de las declaraciones, el tiempo para afirmar ciertos principios y ciertas bases y condiciones ha pasado. Es necesario buscar mecanismos para detener la guerra”, sostuvo.
La máxima autoridad greco-católica animó a rezar por los que buscan vías diplomáticas para detener la guerra en Ucrania.
“Que el Señor Dios les dé sabiduría. Sabiduría a los que buscan esta solución. Sabiduría para los que intentan, por vía diplomática, buscar oportunidades de diálogo y el fin de esta agresión. Hago un llamamiento a todos ustedes: ¡No se queden callados, no se queden al margen, no sean cómplices del crimen!”, pidió.
Texto del mensaje
¡Alabado sea Jesucristo!
Queridos hermanos y hermanas en Cristo. Hoy es 14 de marzo de 2022 y Ucrania ya vive el 19º día de esta sangrienta guerra.
Esta noche de nuevo, han ardido ciudades y pueblos de Ucrania. Una vez más ha sido herida nuestra ciudad de Kyiv. De nuevo, bombas y misiles rusos han caído sobre ucranianos que quieren la paz y que intentaban esta noche descansar.
Pero Ucrania sigue en pie. Ucrania sigue luchando. Ucrania demuestra que la fuerza del espíritu puede ser más fuerte que la fuerza de las violentas armas del agresor. El pueblo ucraniano da testimonio de su derecho a existir, de su derecho a la libertad, de su derecho a ser nosotros mismos.
Hoy quiero agradecer mucho a todos los que salieron a las plazas y a las calles de las capitales y de las ciudades de sus países, en distintas partes de Europa y del mundo, en particular a los que salieron este fin de semana para manifestar un rotundo “NO a la agresión de Rusia contra Ucrania”.
Quiero dar las gracias a todos los que se sienten cercanos al sufrido pueblo de Ucrania. Entendemos que en estas circunstancias no puede haber una posición neutral. Porque el que calla, el que no condena esta guerra, se hace cómplice del crimen, se hace cómplice de la agresión y de la matanza de la población civil de Ucrania.
Por ello, muchísimas gracias a todos aquellos que junto con Ucrania luchan por el derecho a la existencia pacífica en un nuevo tiempo.
También quiero agradecer mucho al Santo Padre, el Papa Francisco, que ayer, una vez más se manifestó en defensa de las ciudades mártires de Ucrania, en defensa de la ciudad mártir de Mariúpol, donde de nuevo esta noche y durante el día de ayer, fueron asesinadas cientos de personas.
Quiero dar las gracias a todos los líderes de los distintos países y estados, a los miembros de la comunidad internacional por buscar una solución pacífica a la guerra en Ucrania, quiero agradecer a todos los que buscan un mecanismo para detener esta guerra.
Evidentemente que, el tiempo de las declaraciones, el tiempo para afirmar ciertos principios y ciertas bases y condiciones ha pasado. Es necesario buscar mecanismos para detener la guerra.
En estos días, animo a todos los que nos escuchan a rezar por los que buscan vías diplomáticas para detener la guerra en Ucrania.
Que el Señor Dios les dé sabiduría. Sabiduría a los que buscan esta solución. Sabiduría para los que intentan, por vía diplomática, buscar oportunidades de diálogo y el fin de esta agresión. Hago un llamamiento a todos ustedes: ¡No se queden callados, no se queden al margen, no sean cómplices del crimen!
Somos hijos de Ucrania, hijos de la Iglesia ucraniana, estamos viviendo el tiempo de la Cuaresma. Recordamos cómo Jesucristo en su momento dijo a sus discípulos que este tipo de espíritus malignos pueden ser expulsados mediante la oración y el ayuno.
Por lo tanto, animo a todos a rezar y ayunar para expulsar el espíritu maligno de la guerra de Ucrania y de todos los que son sus portadores. Ayunemos y recemos por el fin de la guerra en Ucrania. Cada uno a su manera, cada uno como sabe hacerlo, cada uno como pueda. Estemos en Ucrania o en otros lugares del mundo, recemos y ayunemos por el fin de este derramamiento de sangre.
Que Dios misericordioso escuche nuestras oraciones y envíe a sus ángeles de luz para detener la oscuridad que se avecina hacia Ucrania.
Oh Dios, bendice al ejército ucraniano, a nuestros muchachos y chicas que defienden nuestra patria y nuestra paz. Oh Dios, mira el dolor, el sufrimiento de tu pueblo y apiádate. ¡Oh Dios, salva a Ucrania! En Ti ponemos nuestra esperanza y en Ti nos gloriamos. Oh Dios, ¡bendícenos a todos!
La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!.+