El Papa bautizó a 16 niños y le pidió a los padres que protejan su identidad cristiana
- 9 de enero, 2022
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El Santo Padre retomó la costumbre de impartir, en este domingo, el bautismo a algunos hijos recién nacidos de empleados del Vaticano
Hoy la Iglesia celebra la fiesta del Bautismo del Señor y, tras la pausa del año pasado, debido a la pandemia de la covid-19, el Papa Francisco retomó la costumbre de impartir, en este domingo, el bautismo a algunos hijos recién nacidos de empleados del Vaticano.
16 niños fueron bautizados en la Capilla Sixtina en una ceremonia donde el Santo Padre ha destacado la importancia de este Sacramento por el que se concede la “identidad cristiana”, que debe ser “protegida todos los días”.
El pontífice pidió a los padres de los bautizados, empleados de la Santa Sede, que “protejan la identidad cristiana” recibida hoy por sus hijos, que es “una labor que hay que hacer todos los días”.
“Estos niños vienen aquí a recibir la justificación de Dios, la fuerza de Jesús, la fuerza de andar hacia adelante en la vida, vienen a recibir la identidad cristiana sencillamente", dijo Francisco en una breve homilía que pronunció de manera improvisada y en la que se dirigió especialmente a los padres y padrinos de los niños.
A ellos –destacó- les corresponde "proteger esa identidad". "Es su trabajo durante su vida, una labor de todos los días, para hacerles crecer con la luz que reciben hoy: ese es el mensaje" de esta ceremonia en la Fiesta del Bautismo del Señor, añadió.
El Papa también quiso tranquilizar a los padres para que no se preocuparan si los pequeños, 9 niñas y 7 niños, estaban incómodos porque "es una ceremonia un poco larga y se sienten extraños en un ambiente que no conocen", al tiempo que les pidió que les dejaran si comenzaban a llorar o gritar: "Comenzará uno y seguirán los demás", bromeó.
"Lo importante es que se sientan bien y si tienen hambre amamántenlos, no se preocupen", dijo, invitando a las madres a darles el pecho entre los altos muros de la Capilla Sixtina, bajo los bellísimos frescos del Juicio Final de Miguel Ángel.
La ceremonia comenzó con la señal de la cruz realizada por el Papa a los niños. Después de la invocación a todos los Santos, los dos concelebrantes, el cardenal Konrad Krajewski, limosnero apostólico, y monseñor Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, marcaron a cada recién nacido en el pecho con el aceite consagrado, signo de alimento y defensa para la inevitable lucha contra el pecado y de consuelo para las inevitables heridas.
Luego el Papa leyó las fórmulas posteriores del rito y la profesión de fe pronunciada por los padres y padrinos declarando su renuncia al demonio, a sus obras y a sus seducciones.
Finalmente, uno a uno los recién nacidos fueron llevados a la pila bautismal y Francisco virtió el agua bendita sobre la cabeza de cada uno. Seguidamente, se entregó a los pequeños la túnica blanca, símbolo del renacimiento como nuevas criaturas, y luego la luz de Cristo: cada padre, acercándose al cirio pascual enciende su propio cirio, es la luz que acompañará a los padres en el testimonio de fe de sus hijos.
Al final de la celebración, el Papa Francisco se detuvo a saludar a cada una de las familias presentes y a dar otra caricia cariñosa a sus pequeños.+