Mesas navideñas compartidas en Buenos Aires

  • 28 de diciembre, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
Como es tradición, varias parroquias y comunidades religiosas ofrecieron cenas y almuerzos navideños. "La gente sabe que nunca le va a faltar comida y una mesa en Navidad", expresó una religiosa.

La Navidad despierta muchos corazones. En la ciudad de Buenos Aires, varias parroquias y comunidades religiosas ofrecieron actividades festivas para conmemorar el nacimiento del Niño Dios.

Las Hermanas del Cordero organizaron un almuerzo navideño en la fiesta de la Sagrada Familia, el domingo 26, en el barrio porteño de Constitución, en el Pequeño Monasterio de la Luz. 

“Es increíble, porque la gente ya sabe que en Navidad nunca les va a faltar comida y una mesa”, expresó una religiosa, sorprendida por la cantidad de asistentes, que duplicó el número del año anterior. 

Se congregaron alrededor de unos 160 vecinos y personas en situación de calle que buscaron un plato de comida y celebrar con un clima de alegría estas fiestas. Comenzaron con una misa a las 12 y, al terminar, sirvieron el almuerzo y repartieron bolsitas navideñas a cada asistente. Al caer la tarde, realizaron un pesebre viviente teatralizado por las hermanas, laicos de la comunidad y niños presentes que se animaron a participar. Para dar cierre a la jornada compartida, las hermanas cantaron villancicos. 

En la parroquia Nuestra Señora de Caacupé, del barrio de Caballito, la comunidad venezolana organizó una cena el viernes 24, para “vivir una Nochebuena entre hermanos”. Compartieron comidas típicas venezolanas y argentinas. Además, Cáritas parroquial repartió regalos de Navidad para los niños. 

Con este mismo espíritu, el grupo Compartiendo Calor, conformado por varias familias que se organizan para salir cada día del año a repartir viandas, organizó el festejo de Nochebuena en la parroquia San Isidro Labrador, del barrio de Parque Saavedra. La iniciativa nació en el 2016, Año de la Misericordia, al ver que había personas que no tenían con quién pasar la Navidad.
El festejo comunitario de esta parroquia, se organiza como en cualquier familia: cada miembro trae algo de comida para compartir. A las 00 se hace el brindis, y luego se reparten regalos que fueron previamente donados. Ya de madrugada, muchos se quedan cantando, dialogando y jugando a las cartas. Esta Navidad, varios permanecieron en la parroquia hasta después del amanecer, a las 7.  

El dirigente de Compartiendo Calor, Ogui Juárez, resaltó que se vive un clima de felicidad, sin discusiones, y mencionó que “todo el que está ahí siente ganas de tener una Navidad. Te agradecen esa sensación de cena navideña, de familia, de sentirse como en la mesa de una casa, o, incluso, mejor".
En esta sintonía, la parroquia San Cristobal, del barrio que lleva su nombre, llevó adelante una cena de Nochebuena a la que asistieron unas 50 personas junto con los voluntarios. "La comunidad se sentó a la mesa de distintas maneras: una fue colaborando económicamente para la cena; también hay personas que donaron para la mesa dulce; y muchos voluntarios que vinieron a cocinar previamente para que esa mesa sea un momento de encuentro y comunión con las personas que participaron con nosotros", expresó el párroco, presbítero Gustavo Rodrigo Gil. 
Vivir la Navidad de esta manera, fue, según el padre Gustavo "pasar de la cultura de la solidaridad a la mesa compartida; sentarnos a celebrar juntos, no solo a dar alimentos, sino a alimentar el alma con el encuentro, dejando que Jesús nazca, que su ternura, que se hace cercana a nosotros, también nos vaya impregnando de ese ser con el otro: Dios que viene a estar con nosotros para también nosotros poder estar con los demás", concluyó. 

De igual modo, los jóvenes de Santa Magdalena, de Villa Pueyrredón, organizaron una cena solidaria en las instalaciones del colegio Nuestra Señora de la Unidad, para que “los pobres se sintieran bienvenidos”. La misión navideña de la comunidad ya es tradición en el barrio. Suelen salir a las calles y hacer “Noches de caridad”, regalando comida y escucha, pero esta vez, decidieron hacerlo en el interior, y ser anfitriones.+