En el cierre del Año de San José, Mons. Wagner animó a decir "sí" al proyecto de Dios
- 13 de diciembre, 2021
- Coronel Suárez (Buenos Aires) (AICA)
Con una misa presidida por el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP, la comunidad celebró el 8 de diciembre a la Inmaculada Concepción y concluyó el Año de San José.
En el día en que la Iglesia celebra a la Inmaculada Concepción de María, la comunidad arquidiocesana de Bahía Blanca dio cierre al Año de San José.
La celebración comenzó con una procesión que partió desde el templo parroquial de San José Obrero, en Coronel Suárez, para dirigirse hasta el templo ubicado en el pueblo San José, donde tuvo lugar la misa, presidida por el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP.
La Eucaristía, concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Jorge Wagner, y sacerdotes del clero local, fue ocasión para celebrar la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen y cerrar este año especial convocado por el Papa, dedicado a la figura de San José. Por eso, al finalizar la celebración, la arquidiócesis se consagró a San José.
La homilía estuvo a cargo de monseñor Jorge Wagner, quien destacó los modelos de vida de San José y de María, que "tienen mucho para decirnos".
"Las dos vidas nos hablan de una preparación y una misión. Dios la prepara a María en vistas al nacimiento de su hijo, nosotros lo llamamos el misterio de la Encarnación. Y por eso desde la Concepción ella es la llena de gracia, la pura y limpia, vacía de todo pecado", expresó. "La llena de Gracia es el nombre que eligió Dios para indicar que ella, desde siempre, fue pensada, elegida, amada para recibir este don tan precioso que es Jesús, el amor encarnado de Dios".
"Por eso celebramos la belleza de María, que nació de Dios sin pecado, que fue siempre dócil y transparente. Pero también celebramos que Dios prepara a José. Recién, en esta caminata, hemos recordado algunas de las expresiones que el papa Francisco nos fue dejando para este año", señaló.
"Respecto de su corazón de Padre, Dios fue preparando su corazón para asumir la paternidad de Jesús. Dios forma ese corazón de Padre y se va manifestando a lo largo de la vida: el padre amado, el padre con ternura, el padre de la obediencia, el padre que recibe y custodia, el padre de la valentía creativa, el padre trabajador, ha sido preparado por Dios", enumeró.
"Pero también Dios tiene un proyecto para nosotros, va preparando nuestra vida y nos ha preparado para una misión, nos ha predestinado para que seamos santos, y en esa santidad entra la vocación y la misión de cada uno de nosotros", aseguró.
"¿Y cómo Dios introduce este proyecto en la historia humana, en la historia concreta de cada día, cómo hace este ofrecimiento de salvación? Y la respuesta la tenemos en María y en José, que respondieron con su vida", afirmó.
"De esa manera, Dios también nos invita a cada persona a recorrer los caminos de una vida digna. Y los instrumentos que Dios elige son elegidos, no según la lógica que tiene el mundo de selección. Dios elige a una jovencita de esta aldea tan pequeña, donde a algunos se escuchaba decir: '¿Podrá salir algo bueno de Nazaret?'. José, humilde trabajador, carpintero, un oficio valioso, era uno más. Hoy decía el papa Francisco: 'Dentro de los muros de esa pequeña casa de Nazaret, Dios cambió la historia", señaló.
"Lo decisivo está en la disponibilidad, está en el amor con que se recibe, se testimonia esa propuesta de Dios", sostuvo.
María y José, "confían en el plan de Dios", destacó el obispo. "Se ponen a disposición de Dios, con todo su ser, con toda su historia personal. No se pierden en razonamientos vacíos ni van poniendo obstáculos. Confían y dejan que Dios pueda realizar, a través del Espíritu Santo, su acción", insistió.
Finalmente, animó a "decir 'sí' al proyecto de Dios, que ese proyecto de Dios se vaya haciendo realidad en nuestra vida, que sea el motivo por el que vamos 'gastando' nuestra vida y poniendo allí todas nuestras energías. Que José y María intercedan por nosotros", pidió.+