Productores de la agricultura familiar hacen llegar propuestas para el desarrollo del sector

  • 7 de diciembre, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
Convocados por la Comisión Nacional Justicia y Paz, se reunieron para dialogar sobre sus preocupaciones, e hicieron demandas a las autoridades para un desarrollo armónico y sustentable en el país.

Hombres y mujeres que trabajan en el territorio, con un abordaje interdisciplinario y representantes de organizaciones de productoras y productores de la agricultura familiar de las provincias de Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, se reunieron para dialogar acerca de los problemas y preocupaciones que deben sobrellevar en el contexto de la pandemia Covid-19, y para hacer llegar al gobierno nacional, las propuestas, sugerencias y demandas del sector, para un desarrollo armónico y sustentable en el país.

El encuentro se enmarcó en el Decenio de la Agricultura Familiar 2019-2028 y fue una invitación de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, organismo de la Conferencia Episcopal Argentina, e inspirado por el papa Francisco que propone “desde las periferias echar luz para que se vea dónde hay que poner la fuerza”. 

Los ejes que facilitaron y ordenaron el debate se corresponden con los temas abordados en el encuentro presencial del Consejo Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, realizado los días 21 y 22 de septiembre próximo pasado: comercialización y valor agregado; agroecología, semillas y recursos genéticos, tierra, territorio y arraigo.

Al término de la reunión, los participantes compartieron aportes dirigidos a las autoridades competentes, a la sociedad y al propio sector.

Nos reúne la agricultura familiar. A quienes la practican y a quienes entendemos que seguir haciendo agricultura familiar en momentos tan difíciles, enfrentando cotidianamente hostilidad e indiferencia, nos transmite energía y esperanza y nos permite estar convencidos que una Argentina, una América, y un mundo diferente son posibles. Inspirados en Francisco, que deposita en la agricultura familiar mucha de su certeza y esperanza en la construcción de una nueva sociedad humana, recordamos que la agricultura familiar reúne dos procesos vitales para el futuro, la familia y la agroecología.

Con estas convicciones, expresamos en el presente documento iniciativas surgidas del diálogo y consideramos que contribuirán al crecimiento de la agricultura familiar en un contexto de desarrollo armónico y sustentable para el buen vivir.

 1. Es necesario y urgente reglamentar la ley 27118 de reparación histórica de la agricultura familiar, asignarle el presupuesto necesario y generar instrumentos no burocráticos que permitan la efectiva aplicación y previsibilidad de las políticas públicas. 

 2. Para promover la agricultura familiar se requieren políticas económicas diferenciadas y específicas, que tengan en cuenta la diversidad de situaciones y problemáticas que los productores enfrentan en las distintas circunstancias y diversidad de los territorios.

 3. Impulsar el programa Nacional Marcha al Campo, para promover y reordenar el uso de tierras fiscales, para un desarrollo sostenible y armónico que promueva la equidad, y una justicia social que alcance e incluya a todas y todos. 

 4. Acceso a la información pública, sobre temas que son estratégicos para el diseño y ejecución de las políticas para la agricultura familiar: agua, tierras fiscales, trabajo, vivienda, obras públicas, etc.

 5. Impulsar el arraigo rural, reafirmar la ruralidad y generar las condiciones para una nueva ruralidad, garantizando el acceso a la tierra, el agua, infraestructura básica para vivir dignamente y generar al desarrollo de las economías regionales y productivas del país. Afirmamos que no hay agroecología sin acceso a la tierra, al agua, al aire limpio, a la conectividad, a la educación e infraestructura.

 6. Equiparar oportunidades educativas, de salud, de acceso a la tecnología de los jóvenes rurales y urbanos y organizar sistemas adecuados de formación y capacitación en todos los niveles, que posibiliten su permanencia en los lugares de origen y el acceso a empleos de calidad.

 7. Defender el acceso y cuidado del agua como derecho humano básico para el desarrollo de nuestras actividades productivas, y el desarrollo de nuestras comunidades. 

 8. Fortalecer las experiencias de articulación y alianzas existentes en los territorios para generar oportunidades a las familias y jóvenes de la agricultura familiar, mujeres víctimas de violencia, personas con discapacidad. Para que se pueda producir, vivir en el campo, con seguridad y dignidad. Para lograr tierra, trabajo, techo,  imperioso y urgente el  trabajo conjunto del estado y las organizaciones.

 9. Fortalecer al sector de la agricultura familiar en los territorios, promoviendo la organización. Promover y facilitar el acceso a los instrumentos y herramientas para la formación y constitución de cooperativas y diversas formas de organización de la agricultura familiar para el trabajo asociativo y el desarrollo de nuestras comunidades.

 10. Nuestro compromiso con las generaciones presentes y venideras es impulsando y promoviendo la creación de una red de guardianes de semillas agroecológicas para garantizar la soberanía alimentaria y la vida.

 11. Solicitamos la inclusión de nuestras organizaciones en el Consejo Nacional de la Agricultura Familiar. Es importante que se nos reconozca nuestra forma de vida, nuestras culturas, a nuestras organizaciones locales.

El sistema alimentario actual es insostenible: tres mil millones de personas (3.000.000.000) en el mundo hoy no acceden a una dieta suficiente, ochocientas once millones de personas (811.000.000) padecen hambre, y cuarenta y un millones (41.000.000) están en situación de inanición. Los sistemas agroalimentarios hoy producen un tercio de los gases de efecto invernadero y un 80% de la pérdida de biodiversidad.i

Queremos trabajar la tierra, queremos hacer lo que sabemos hacer, queremos trabajo digno y genuino. Asumimos la responsabilidad de cuidar nuestra casa común. Queremos vivir bien.+