El Card. Poli bendijo el nuevo altar de la parroquia Inmaculada Concepción

  • 6 de diciembre, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, bendijo el domingo 5 de diciembre, el nuevo altar central de la parroquia Inmaculada Concepción, del Centro.

El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, bendijo el nuevo altar central de la parroquia Inmaculada Concepción, ubicada en Avenida Independencia 970, de la ciudad de Buenos Aires, y colocó bajo su piedra dos reliquias de primer grado: una de San José Gabriel del Rosario Brochero y otra de la beata Mama Antula.

Ambas reliquias, fragmentos de huesos, fueron colocadas por el cardenal con tierra proveniente de Tierra Santa y luego bendecidas con agua y ungidas con incienso “como ofrecimiento que llega hasta lo alto de Dios”.

En la homilía de la misa, concelebrada por el párroco Gonzalo Benítes y el capellán de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, Facundo Sebastián Risso, el cardenal resaltó a Juan el Bautista, “un profeta que preparó el camino del Señor y celebró un bautismo de conversión, el camino de conversión al que estamos convocados: preparar nuestro corazón para la venida del Señor.”

El arzobispo advirtió que “sin conversión no hay preparación para el Adviento". Por eso, Juan nos dice “convertite”. Lo más importante, consideró, es que recibamos a Jesús y que Él nos encuentre buenos y orantes.

Sufrimos enfermedades, partidas de seres queridos, dificultades, preocupaciones y la Argentina en la que es difícil de vivir, y Juan nos dice “Dios se va a encargar de tus preocupaciones". En ese sentido, subrayó que “pese a su popularidad y a sus muchos seguidores, Juan disminuyó para que Cristo crezca. Entonces, disminuyamos para que Cristo crezca más que nosotros, en nosotros.”

Además, se refirió a la recomendación de este año del papa Francisco de que “sigamos el ejemplo de José, quien a las sombras, humilde en su carpintería, poniéndose al hombro la vida de Jesús, nos enseña a vivir con la fe de los pequeños, a no perder esperanzas y ver posibilidades donde otros ven fracasos”. José "admiró la pureza de María, la amó mucho, fue un varón justo, fiel, colmado de virtudes y bondad inagotable", que “vivió con alegría la voluntad divina de ser el padre virginal del Mesías.”

En cuanto al altar, sostuvo que “la cruz de Cristo, su sacrificio de amor en pan y vino, el amor crucificado, nos recuerda que Él pensó en nosotros y se ofreció por nosotros”.

El purpurado consideró que es "tan fundamental como el sagrario", porque "todos nos ofrecemos en el altar, traemos nuestras ilusiones, esperanzas, conflictos, pesares, desalientos, pero es aquí donde se cumple el misterio de la redención humana. Y todos hacemos la misa, los fieles con el bautismo son igualmente sacerdotes como los ministros, porque entre todos se realza un solo sacerdocio que es el de Jesús. Llevemos todos un altar en nuestro corazón”, animó.

Fueron los mismos fieles de la parroquia quienes contribuyeron económicamente para levantar el nuevo altar, compuesto de piezas de uno más antiguo, confeccionado de madera dorada y espejos. El resto fue construido a nuevo, con madera en la tabla e incrustación de piedra del arcaico. El frente lleva tallado imágenes alegóricas de los Santos Evangelios y la figura de Cristo, trabajadas con sobriedad y sencillez.

Fiestas patronales
En el día de la Inmaculada Concepción de María, el miércoles 8 de diciembre a las 19.30, monseñor José María Baliña, obispo auxiliar de Buenos Aires, presidirá una misa solemne en la parroquia Inmaculada Concepción del Centro.

La ceremonia será concelebrada por el presbítero Benítes, párroco del lugar. A las 18.30, saldrá desde el templo una procesión con una imagen de la Inmaculada, que recorrerá las calles aledañas acompañada con canciones y oraciones.+