Mons. Ojea presidió una misa por los policías caídos en servicio

  • 5 de noviembre, 2021
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, presidió en la parroquia Nuestra Señora de Aránzazu, una misa en memoria de los policías caídos en acto de servicio.

Con una misa presidida por el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, en la parroquia Nuestra Señora de Aránzazu, la comunidad rezó en conmemoración de los policías de la Provincia caídos en actos de servicio.

Monseñor Ojea comenzó su homilía refiriéndose a San Martín de Porres, el fraile dominico que la Iglesia recuerda el 3 de noviembre: "Encomendamos a la humildad de este santo, esta actitud tan importante de todos los hermanos nuestros que sirven de un modo especial en nuestra patria a los hermanos”. 

Monseñor Ojea destacó el grado de exposición de los agentes policiales durante el tiempo de pandemia, y reconoció: “Hemos tenido muchas pérdidas y yo querría que estas pérdidas, sean los primeros hermanos que encomendamos al Señor: los que han fallecido por coronavirus, los que se han enfermado y han pasado momentos muy difíciles, también los tenemos en el corazón y los ponemos en la misa y a las familias que han sufrido tanto en este tiempo”. 

El obispo luego expresó su deseo de “encomendar en esta Eucaristía, junto con el padre Jorge, a los hermanos que han entregado la vida”, y afirmó que “para nosotros el acto supremo de entregar la vida está en Jesús, Él lo da todo, lo entrega todo” y continuó diciendo que “de un modo semejante, un servidor público está entregando su vida por sus hermanos, por un ideal y poniendo su vida en un extremo con altísimo riesgo”. 

Y expresó “el reconocimiento como miembros de la comunidad, a los hermanos que en medio de la pandemia han tenido una especial dedicación al bien público”. 

Hacia el final de su homilía, el obispo se refirió al acto de entrega, pidiendo al Señor "a través de San Martín de Porres, que esa entrega sea fecunda".

"La Patria necesita mucha integración, entonces esas vidas entregadas prueban que vale la pena formar parte de una comunidad, de un pueblo, de esta Argentina, porque es haber entregado la vida en función de una construcción. Frente a esto tenemos que cultivar el agradecimiento y tener una memoria agradecida por los que, corriendo todos los riesgos y estando en altísimo grado de exposición, han puesto la vida al servicio de nosotros”. 

“Le damos gracias al Señor por estos hermanos; le pedimos que el sacrificio de ellos no haya sido en vano, sino que sea fecundo en el alma de nuestro pueblo”.

La misa fue concelebrada por el presbítero Jorge Luis Lagazio, párroco de Nuestra Señora de Aránzazu, y contó con la presencia del intendente del partido de San Fernando, Juan Andreotti.+