La diócesis de Merlo-Moreno peregrinó a Luján y comenzó su camino sinodal
- 3 de noviembre, 2021
- Moreno (Buenos Aires) (AICA)
La comunidad de Merlo-Moreno participó el 31 de octubre de la peregrinación diocesana al Santuario de Nuestra Señora de Luján y desde allí dio comienzo a la etapa diocesana del Sínodo.
La comunidad diocesana de Merlo-Moreno participó, el domingo 31 de octubre, de la peregrinación a la basílica y santuario nacional de Nuestra Señora de Luján.
Este año, debido a las condiciones sanitarias, pudo realizarse de manera presencial, por lo que cientos de fieles de ambos distritos que conforman la diócesis, llegaron hasta la capital de la fe y compartieron la celebración de la Eucaristía.
La misa estuvo presidida por el obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Carlos Maletti, y fue concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Oscar Eduardo Miñarro, el vicario general, padre Fabian Sáenz, y decenas de sacerdotes.
Se trató de un acontecimiento emotivo para la comunidad, que regresó a los pies de la Patrona de la Argentina para expresar su devoción, pedir y agradecer, y además fue ocasión para comenzar la fase diocesana del Sínodo de la Sinodalidad, convocado por el papa Francisco.
"Hemos venido, como todos los años, para poner en las manos de nuestra Madre, las honduras más profundas de nuestros corazones, a este lugar: Luján, a la Patrona de los argentinos. Lugar este, santuario, que significa 'casa de todos', el lugar que Dios y su pueblo eligieron para encontrarse", expresó el obispo al comienzo de su homilía. "Venimos a ponernos a los pies y bajo el manto de la Virgen", agregó.
En referencia a la Palabra de Dios, se centró en la sinodalidad "en la cual nos tenemos que ir zambullendo con profundidad de estilo, de contenido y de acción". "El libro de los Hechos de los Apóstoles nos habla de la unidad como signo eclesial, unidad en la diversidad", destacó.
Y respecto del Evangelio, expresó: "Nos habla precisamente de la catequesis de Jesús, avalada por el testimonio de dar su vida en la Cruz, de que no hay amor más grande que dar la vida. Por lo tanto es el signo del amor con mayúsculas, que da la vida, que se juega, que sirve, que evangeliza con el testimonio de su vida".
"Esta palabra de Dios nos anima, desde Luján, a lanzar a la diócesis de Merlo-Moreno, al camino sinodal, en esas tres palabras: lo comunitario, lo testimonial y lo discipular tienen que hacer en nosotros un ensamble de que estamos caminando como Iglesia sinodal, en sintonía afectiva y efectiva con el Papa", enfatizó.+