Fiesta de la vida: Piden a San Ramón Nonato fortalecer la esperanza
- 1 de septiembre, 2021
- Buenos Aires (AICA)
Fue en el santuario del barrio porteño de Villa Luro, donde el cardenal Mario Poli le rogó al santo, hombre de esperanza, "por la patria que soñamos, por un destino más digno para todos".
El santuario de San Ramón Nonato, en el barrio porteño de Villa Luro, celebró la fiesta grande de la vida, este martes 31 de agosto, en honor del santo protector de los no nacidos y patrono de las mujeres embarazadas.
Comenzó la gran fiesta con la misa de las 11, presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Juan Carlos Ares, y continuó con la Eucaristía de las 15, celebrada por el presbítero Mario DeMarchi. La misa central fue presidida por el cardenal Mario Aurelio Poli y concelebrada por el presbítero Ruben Ceraci, párroco del santuario, a las 19.30.
El lema de este año fue "San Ramón, fortalecé nuestra esperanza". A la luz de esta frase, el purpurado porteño predicó en su homilía: “Las palabras de Jesús, ‘vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré’, enseñan, en el santuario del santo mártir, que no hay nada imposible para Dios”.
“Hoy la oración de los devotos se elevó con un pensamiento común, 'San Ramón, fortalece nuestra esperanza'. Es ese anhelo profundo que tenemos y hoy le pedimos a este santo, que es un hombre de esperanza, por la patria que soñamos, por un destino más digno para todos”, agregó.
Para terminar, el cardenal Poli profundizó sobre el amor que san Ramón le tenía a la Eucaristía: “Renovamos nuestra esperanza de cristianos cada vez que venimos a la eucaristía, y san Ramón nos lo recuerda. Él pudo responder al martirio gracias a que Jesús iba junto a él”, concluyó.
Hacia el final de la celebración, compartieron un testimonio de una mujer que “se topó con san Ramón” y le atribuye a su intercesión la bendición de quedar embarazada después de tanta búsqueda, angustia y pronósticos desfavorables.
El cardenal Poli realizó la habitual bendición a las embarazadas y a quienes anhelan tener hijos, y al terminar, se entregaron los tradicionales escarpines a las mujeres embarazadas, con el compromiso de que “cuando regresen traigan otros para que otras mujeres puedan vivir esta dicha del regalo de la vida”.
El cura párroco cerró con un agradecimiento a los fieles del santuario y al cardenal Poli, por haber permitido esta fiesta que los tenía “tan nerviosos” pero a la vez “tan alegres”.+