"El pueblo libanés parece un rebaño sin pastor", lamentó el patriarca maronita
- 20 de julio, 2021
- Beirut (Líbano) (AICA)
El cardenal Béchara Boutros Raï encomendó las penurias de su pueblo "hambriento y doblegado por la crisis" a la intercesión de San Charbel
“San Charbel no dejará que el Líbano se derrumbe”, es la confianza expresada por el patriarca de Antioquía de los Maronitas, cardenal Béchara Boutros Raï, al encomendar al santo patrono las penurias del pueblo “hambriento y doblegado por la crisis, parece como un rebaño sin pastor ”, expresó.
Así es la confianza del cardenal Boutros Raï, invocando al Santo de las “causas imposibles” venerado en el País de los Cedros encomendándole el destino del Líbano, que atraviesa un momento difícil en el que las urgencias políticas, sociales y económicas se multiplican y entrecruzan como diferentes síntomas de una gran crisis de identidad.
El patriarca maronita, presidió la misa celebrada el domingo 18 de julio en Diman, en la que durante la homilía realizó muchas referencias a la actual fase política, abierta en el Líbano después de que el primer ministro designado Saad Hariri haya renunciado a formar gobierno, tras meses de idas y venidas.
La primera necesidad urgente que hay que abordar sin demora –subrayó el cardenal- es la de encontrar un representante político suní al que confiar la formación de un nuevo gobierno, tras la renuncia de Hariri..
El purpurado insiste en que el país no se está enfrentando a una crisis gubernamental normal, sino a una crisis nacional que, para ser abordada y superada, requiere el esfuerzo de todos, así como el apoyo de “países amigos”. Sólo siguiendo este camino será posible reconstruir el marco de una “coexistencia en medio de las diferencias” que es el sello de la identidad libanesa, y que al mismo tiempo representa también la contribución más valiosa que el País de los Cedros puede ofrecer a los pueblos de Oriente Medio, una región en la que las fuertes identidades culturales y religiosas corren siempre el riesgo de ser absorbidas y explotadas en los conflictos sectarios.
“Sin un gobierno fuerte y reconocido internacionalmente –insistió el patriarca-, no llegaremos a ninguna parte. Sin gobierno, no se puede poner freno a la corrupción rampante y a la arbitrariedad de los clanes de poder. Sin un gobierno, seguirán prevaleciendo la inmunidad, la connivencia y el encubrimiento que siguen saboteando las investigaciones sobre la responsabilidad de las explosiones que devastaron el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020. Se debe revisar el trabajo del Banco Central del Líbano, así como la necesidad de crear sistemas adecuados para contrarrestar el despilfarro y el saqueo sistemático de los recursos públicos ”.
Precisamente el inmovilismo de las fuerzas políticas y la parálisis de las instituciones libanesas –continuó explicando el cardenal Raï-, confirman cada día más que sólo se puede intentar salir de la crisis convocando a una conferencia internacional sobre el Líbano bajo la égida de la ONU, que proporcionaría de algún modo una especie de anclaje internacional para la 'neutralidad' libanesa. Cada día, la clase política local demuestra su incapacidad para asumir sus responsabilidades ante la crisis.
“Este grupo de políticos es incapaz de resolver cuestiones sencillas de la vida cotidiana, como la basura, la electricidad, los alimentos, los medicamentos y las incineradoras. Son incapaces de luchar contra la corrupción, de facilitar el trabajo del poder judicial, de la práctica regular de los ministerios y las administraciones, de cerrar las rutas del contrabando ”, lamentó el patriarca.
En medio de todo esto, los cristianos libaneses conmemoraron el domingo 18 de julio al santo taumaturgo Charbel Makhluf (1828-1898), monje de la orden maronita libanesa, cuyos restos mortales se veneran en el Líbano, en el monasterio de San Marón de Annaya , en una urna de cedro.
“Creemos que San Charbel no dejará que el Líbano se derrumbe. A él le confiamos nuestra patria y nuestro pueblo ”, ha dicho el patriarca maronita al concluir su homilía. +