Consudec: ¿Qué hemos aprendido del duro trance de la crisis sanitaria?
- 10 de junio, 2021
- Buenos Aires (AICA)
El presidente del Consejo Superior de Educación Católica invita a formularse una serie de preguntas en el editorial de junio de la revista institucional, titulado "Pandemia o libertad".
El presidente del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), presbítero José Álvarez, titula “Pandemia o libertad” su editorial de junio en la revista institucional e invita a formularse una serie de preguntas en relación con la crisis sociosanitaria global.
“Hoy vivimos las dificultades que surgen de la situación que atravesamos en todo el mundo a causa del Covid19. Con muchas situaciones que van desde la tragedia hasta lo superficial u opinable, la pérdida de vidas amigas o cercanas, el confinamiento, la restricciones de desplazamiento sea por fuerza de ley o por temor personal, la lejanía de encuentro con nuestros afectos, las dificultades económicas que sufrimos por pérdida total o parcial de fuente laboral”, describió.
“Así podríamos seguir enumerando, los medios colaboran a generar en la gente un malestar constante, echando culpas o intentando a través de la opinión obtener rédito para determinado interés político o social. Si bien mirar la situación de algunos países que van superando de a poco las dificultades y la mayor circulación de vacunas da una leve esperanza, también surge el reconocimiento que esto va a durar más de lo deseado”, agregó.
El sacerdote consideró que “la afirmación de la positividad de lo real se ve desafiada frente a todas estas circunstancias, sobre todo cuando entendemos por lo real sólo el rostro con que nos topamos, sin comprender el significado de los hechos”, por lo que invitó a preguntarse: “¿Hay algo bueno en todo lo que estamos atravesando? ¿Qué hemos aprendido?”
“El desafío es fundamental en este momento, donde se juega la medida del corazón humano, donde debemos volver a consultarnos ¿en qué consiste nuestro deseo? ¿qué necesitamos de verdad? ¿Es acaso, volver a la normalidad lo que va a hacer nuestras vidas más plenas? ¿Qué cambia en mi manera de estar frente a los hechos y las personas que me hace esperar que una “normalidad” puede ser motivo de una esperanza? cuando para tanta gente, la vida, así como venía, no alcanzaba a satisfacer su corazón humano”, planteó.
“Esta es la oportunidad de ensanchar el corazón, de reclamar al Infinito que se nos haga presencia capaz de despertar todo el interés, la capacidad de belleza, de felicidad que llevamos enterradas en miles de proyectos propios pero que siguen sin responder, es el momento del grito lleno de esperanza que busca respuesta no en la ausencia de dificultades, sino en algo mayor que hoy, aquí y ahora es capaz de ser Todo para nuestra vida”, concluyó.
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