Religiosas y religiosos argentinos se comprometen a "abrazar el conflicto"
- 12 de mayo, 2021
- Buenos Aires (AICA)
Así surge del mensaje final de la Asamblea anual de la Confar, en el que también instan a crecer en el espíritu sinodal y advierten sobre las brechas que socavan la posibilidad de una vida digna.
La Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos (Confar) realizó su Asamblea anual, tras la que se difundió un mensaje final en el que insta a sus integrantes a crecer en el espíritu sinodal, advierte sobre las brechas sociales que puso al descubierto la pandemia y anima al desafío de “abrazar el conflicto”.
La asamblea de los representantes de los institutos y congregaciones religiosas contó con la presencia del nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamcyk, y del presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, arzobispo de Bahía Blanca.
La presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), hermana Liliana Franco Echeverri ODN, participó de las sesiones e invitó a repensar la vida consagrada a partir de la tercera tinaja de Caná: “Hacia un nuevo modo de ser Iglesia”.
“En medio de esta sociedad fragmentada, individualista, cargada de incertidumbre y desconcierto, paradójicamente poblada también de esfuerzos heroicos por abrazar lo frágil y curar humanidades heridas, transitamos una pandemia que ha puesto al descubierto la innegable evidencia de brechas sociales que socavan la posibilidad de vivir con dignidad”, sostuvo la Confar en las conclusiones del mensaje final.
“Senti-pensamos que la mejor forma de cuidar la vida es hacer crecer el espíritu sinodal, que cuenta con todos/as, sabiéndonos parte importante de una trama vincular, que nos desafía a abrazar el conflicto”, expresó, y agregó: “Madurando juntos/as las crisis, podremos crecer. Este innegociable gesto de apertura y complementariedad, nos alentará a entrar silenciosos/as y descalzos/as al terreno sagrado del corazón humano desde la empatía y la ternura, al modo de Jesús”.
La Confar valoró el Plan de Formación Permanente presentado por el EIR y propuso “abrazar el paradigma de lo complejo, para osar nuevos horizontes que nos ayuden a ser catadores del buen vino, que prologa fiestas y alienta la esperanza”.
“Que María de Caná nos ayude a ver lo que puede hacer peligrar la fiesta del encuentro. Que San José nos enseñe a estar atentos/as al sueño de Dios, para cuidar y proteger la vida amenazada, asumiendo riesgos y actuando con prontitud”, concluyó.+