¡No hay tiempo para divisiones!, exhortan los obispos mexicanos
- 20 de abril, 2021
- Ciudad de México (AICA)
"Urge colaborar juntos en la búsqueda de soluciones para enfrentar las emergencias actuales", pidieron al finalizar su Asamblea Plenaria
La Conferencia del Episcopado Mexicano manifestó su preocupación ante la polarización política y social y la violencia que vive México, ante las elecciones del 6 de junio próximo.
Tras finalizar su Asamblea Plenaria, los obispos mexicanos publicaron un mensaje dirigido “a nuestro amado pueblo mexicano”, en el que hacen una mirada a la situación actual que está atravesando el país, agravado por la pandemia.
Los prelados mexicanos inician su mensaje, articulado en tres puntos, subrayando que “estamos viviendo tiempos muy complejos en México y el mundo entero; las graves situaciones provocadas por la pandemia pusieron en crisis nuestro sistema nacional de salud, nuestro sistema educativo, la seguridad de los mexicanos y la sana convivencia familiar que ha visto amenazados sus ingresos”.
Pero se mira con esperanza hacia el futuro sobre todo dado el inicio de la vacunación con el deseo de que “este proceso fuera aún más ágil para que la salud de todos corra menos riesgos, la economía pueda reactivarse, los niños puedan asistir a la escuela, los índices de violencia dentro y fuera de los hogares puedan disminuir”.
La creciente polarización política
Los obispos esperan también que se creen las condiciones necesarias para reconstruir el tejido social, tan resquebrajado hoy y ven con preocupación “la creciente polarización de los discursos políticos; el alarmante índice de candidatos asesinados; regiones enteras bajo el yugo del crimen organizado; el maltrato a los migrantes y la militarización de las fronteras; la falta de cuidado de nuestra casa común; la amenaza contra las energías limpias; el escaso interés por el bien común y la verdad.”
En medio de estas crisis tan graves que atraviesa el país, preocupa que “algunos legisladores estén más atentos a la promulgación de leyes influidas por la ideología de género que polarizan nuestra sociedad, en lugar de promover los valores que han sostenido nuestra nación como la familia, el respeto a la vida, la educación en valores cívicos y la libertad religiosa”.
En la segunda parte, los obispos parten del deseo del Señor Jesús, “Que todos sean uno”, que es el título de todo el mensaje, para exhortar a mantener la unidad: “unidad en el esfuerzo por salir juntos de esta crisis; unidad en el compromiso por los más afectados en esta pandemia; unidad en la solidaridad para salir adelante más fortalecidos; y unidad en la voluntad por reconciliarnos y reconstruir el tejido social, superando las barreras que nos dividen”.
Esto es imprescindible si se quiere reconstruir realmente la nación mexicana, ya que se necesita la colaboración de todos para superar los retos actuales para hacer posible un mejor México.
Colaboración conjunta
La tercera parte del mensaje propone algunas líneas de acción. “Urge colaborar juntos -escriben- en la búsqueda de soluciones para enfrentar la emergencia sanitaria, familiar, educativa, económica y de seguridad: ¡no hay tiempo para divisiones ni descalificaciones! Hemos de aprender a dejar nuestros intereses egoístas, individuales o partidistas, para alcanzar un diálogo por el bien de todos los mexicanos”.
Los obispos se dirigen después a los diferentes componentes de la sociedad. A quienes gobiernan o aspiran a hacerlo, les invitan a “reflexionar en su papel fundamental en la promoción de acuerdos que ayuden a superar las crisis que estamos enfrentando”.
Los votantes son invitados a ejercer su derecho al voto, informándose sobre los candidatos y sus propuestas “para que las analicen desde su conciencia de modo que su voto sea libre, razonado y responsable, en coherencia con nuestros valores humanos y cristianos”.
A los empresarios y responsables del desarrollo económico, que tienen un papel fundamental en la creación de empleos, se les pide que no olviden “que su actividad productiva ha de tener como máximo valor la persona, el bien común y la urgencia de que sus acciones se realicen bajo una política sustentable cuidando nuestra casa común, sin olvidar su compromiso social en la reconstrucción de nuestro país”.
Los obispos también expresan su cercanía a las familias por las dificultades que han vivido en este año de confinamiento, exhortándolas a no descuidar su espacio de espiritualidad y oración.
Luego muestran su aprecio a los médicos, enfermeras y personal de apoyo, “por su extraordinario servicio durante esta pandemia; y por habernos recordado la importancia de servir con amor”.
Un agradecimiento especial también se dirige a los maestros por “su servicio generoso, esforzado y creativo durante esta época de pandemia” y a todos los agentes de pastoral, sacerdotes, religiosos y laicos, “por su testimonio y compromiso por estar siempre cercanos al Pueblo de Dios en estos tiempos difíciles”.
“Los obispos de México abrazamos a todos los mexicanos -concluyen- y los invitamos a sumar esfuerzos para trabajar juntos no por un nacionalismo excluyente, sino por una unidad pluricultural mexicana y universal”. +