Mons. Conejero Gallego: Vivir en comunión, erradicar las desigualdades

  • 15 de abril, 2021
  • Formosa (AICA)
Al celebrar la fiesta de la Divina Misericordia, el segundo domingo de Pascua, el obispo de Formosa llamó a la comunión y a renovar la fe del bautismo.

El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, celebró la misa del segundo domingo de Pascua, fiesta de la Divina Misericordia, en la catedral Nuestra Señora del Carmen.

En su homilía animó a la comunidad a continuar viviendo el tiempo de Pascua, “con gozo y con alegría tratamos de vivir esta vida nueva que proviene de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”. Al recordar la devoción a la Divina Misericordia, señalando el cuadro que se encuentra en el templo, dijo que “la misericordia de Dios es la faceta, la dimensión y la cualidad, más genuina de expresión del amor de Dios”. 

Luego se refirió al relato del Evangelio, en el que “se contienen casi todos los elementos esenciales de la vida cristiana”, y recordó que como bautizados, “estamos invitados a participar de la adopción filial” que nos hace Dios Padre; pero “si queremos ser coherentes y vivir la fe como corresponde, hay que hacerlo realidad en nuestra vida”. 

Sobre las crisis, dificultades y pruebas de la vida, el obispo señaló que “en lugar de atemorizarnos, entristecernos, tienen que convertirse para nosotros en motivo y ocasión de oportunidad de amar más a Dios y a los hermanos”.

Monseñor Conejero Gallego dijo que el tiempo de pandemia “pone de manifiesto nuestra frágil naturaleza humana”, y que aunque “peregrinamos en medio de alegrías y angustias, la fe que hemos recibido nos hace superar todas las cosas”. 

“La paz esté con ustedes”, exclamó citando el mensaje de Jesús que pronuncia varias veces, y preguntó a la comunidad si tienen paz o inquietud en el corazón: “Esta paz lleva a la alegría”. 

El prelado resaltó que, cuando Jesús les dice a los discípulos: “Reciban el Espíritu Santo”, les da el poder de perdonar los pecados. “¿Cómo reforzamos la fe que hemos recibido de Dios, de la Iglesia y del Espíritu Santo?”, preguntó después, y resaltó que “la alegría de la misericordia divina nos tiene que hacer pensar si vivimos la fe en Cristo Resucitado”. 

El obispo de Formosa animó a la comunidad a vivir en comunión, lo que “conlleva erradicar de nosotros las desigualdades y corrupciones que se dan en pueblos y en partidos”. “¡Manos a la obra, queridos hermanos!”, los invitó, “lo poco o mucho que tengamos, debe de estar dispuesto para el bien y la comunión de todos”.

Al concluir, rogó “que en este segundo domingo de Pascua, domingo de la Misericordia, el Espíritu de Dios nos haga comprender la fe, nos haga entender que somos hijos de Dios, que regenerados por el bautismo tenemos que llevar una vida nueva, fraterna, más igualitaria, con humildad, con comprensión y sin soberbia (...) Agradezcámosle a Dios y pidámosle experimentar esta paz de Cristo Resucitado. Que así sea”.+