El Papa condena la violencia en el sur de Colombia y cercanía con las víctimas
- 10 de abril, 2021
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En un telegrama firmado por el Secretario de Estado del Vaticano, Francisco recuerda el compromiso de la Iglesia en Colombia por construir lazos de paz en la región.
El papa Francisco condenó los "episodios de violencia y expresó su cercanía a las personas que viven en medio de tanto sufrimiento" en la región del Pacífico suroeste de Colombia, en un telegrama enviado, a través del Secretario de Estado Vaticano, cardenal Pietro Parolin, al presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio.
El texto, fechado el 29 de marzo y publicado hoy por VaticanNews llega tras una escalada de tensión en diversos sectores del país en el contexto de la crisis social desatada por la pandemia.
En la misiva el pontífice recuerda además "el compromiso de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos en la búsqueda incesante de construir lazos de paz en toda la región".
El Santo Padre “eleva su oración al Señor y encomienda muy especialmente a su misericordia el eterno descanso de las víctimas, e invocando la maternal intercesión de la Santa Madre de Dios, les imparte de corazón la bendición apostólica”, concluye el telegrama.
En este último período se registraron varios episodios de violencia en la zona sur del país. El 26 de marzo, decenas de personas resultaron heridas en Corinto, en el departamento del Cauca, suroeste de Colombia.
Un coche bomba estalló frente al Ayuntamiento, en uno de los lugares emblemáticos de la comunidad indígena en Colombia.
En la zona, que en las últimas décadas fue bastión de las FARC, operan grupos armados y bandas vinculados a los cárteles del narcotráfico. Corinto, al igual que el municipio vecino, Toribío, son municipios históricamente liderados por indígenas. En Toribío, el padre Álvaro Ulque, el primer sacerdote indígena de Colombia, fue asesinado en 1984.
Los misioneros de la Consolata continuaron su trabajo. Un informe, presentado recientemente por la Mesa Ecuménica por la Paz y otras organizaciones, documenta la violencia sufrida durante décadas por las organizaciones eclesiales que han luchado junto a los grupos más pobres.+