Mons. Martín: La Cuaresma como camino de conversión
- 18 de febrero, 2021
- Rosario (Santa Fe) (AICA)
El arzobispo de Rosario llamó a vivir la Cuaresma como un "tiempo fuerte de salvación", y a "experimentar de modo abundante la infinita misericordia de Dios".
El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, envió a la comunidad diocesana su mensaje de Cuaresma. Especificando que se trata de un “camino penitencial”, recordó que “la palabra penitencia muchas veces nos remite a la infancia cuando uno había cometido una travesura y nuestros padres nos ponían en penitencia”. Sin embargo, advirtió que la palabra “no está vinculada al castigo”, sino que significa “conversión”.
Monseñor Martín dijo que en el tiempo de Cuaresma “estamos llamados a hacer un camino de conversión, una metanoia, un cambio de mentalidad, estamos llamados a girar nuestra vida y orientarla decididamente hacia Dios, hacia el Señor”.
“Tenemos que salir de la situación en la que caemos con frecuencia, que es poner la esperanza de nuestra vida en las cosas que hacemos, en nuestras propias fuerzas, y ponerlas solamente en el Señor, en su gracia”.
El prelado afirmó que “somos pecadores, y por eso este es un tiempo precioso de la misericordia, de la conversión. Es el tiempo más favorable que hemos de aprovechar realizando una verdadera conversión, implorando al Señor la gracia de una conversión sincera del corazón, de hacer la contrición del corazón, reconociendo que hemos pecado, para abrirnos así al abrazo misericordioso del Padre, a esa resurrección que el Señor quiere en tu vida”.
El arzobispo rosarino recomendó el mejor modo de hacer penitencia: “Ofrecer al Señor el cumplimiento de las dificultades de la vida cotidiana”. En este sentido, dijo que “todos podemos hacer una ofrenda al Señor para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero”, animando a hacer un gesto por nuestros hermanos, para que “también obtengan la gracia de la salvación”.
Antes de concluir, señaló las tres actitudes que la Iglesia indica en este tiempo cuaresmal: “Un tiempo de oración más intensa, para abrirnos a Dios con la palabra; un tiempo de ayuno, de privación de cosas legítimas, especialmente en este tiempo del internet y de las redes, podemos ayunar de todo lo superfluo, de todo lo que sea pérdida de tiempo; y finalmente, la limosna, para compartir mis bienes con los más necesitados”.
Monseñor Martín resumió: “La oración me abre a Dios; el ayuno me hace adquirir dominio sobre mí mismo; y la caridad me hace abrir al bien de los demás”. De este modo podemos “sanar estas tres relaciones fundamentales: con Dios, conmigo mismo y con mi prójimo”.
Finalmente el arzobispo invitó a la comunidad rosarina, “a vivir este tiempo fuerte de salvación y experimentar de modo abundante la infinita misericordia de Dios, para llegar a celebrar una Pascua de verdadera resurrección”.+