Mons. Stanovnik : Un tiempo de prueba para descubrir en quién confiar
- 12 de febrero, 2021
- Corrientes (AICA)
"Confiemos los enfermos, sus familiares y los que los cuidan, a las tiernas y seguras manos de la Virgen María, sabiendo que con Ella estamos a salvo", pidió en la misa en el hospital local.
El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, presidió la misa por la Jornada Mundial del Enfermo el 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes, en el patio del Hospital “Ángela Iglesia de Llano” . La Eucaristía fue concelebrada por el presbítero Miguel Gómez, asesor de la Pastoral de la Salud arquidiocesana.
“En este lugar de sufrimiento y también de esperanza, recordamos a otros muchos hermanos y hermanas que están en el Hospital Escuela y el Hospital Vidal, así como en otros centros de salud o en sus hogares, en particular a los que sufren los efectos de la pandemia”, expresó el prelado, y agregó: “Junto a ellos, tenemos presente a sus familiares y a todo el personal de salud que está entregando lo mejor de sí para acompañar y curar”.
El arzobispo correntino invitó a poner a los enfermos en las “tiernas manos” de la Virgen de Lourdes, al asegurar: “Ella nos consuela en el dolor y nos devuelve la confianza en que todo va a salir bien, nos enseña a sufrir con el corazón en paz y sin perder la esperanza”.
“Lourdes es sobre todo un lugar donde los enfermos recuperan su fe y fortalecen su espíritu para poder soportar su enfermedad en paz y con sentido de ofrenda. Allí se sienten acogidos y acompañados, y eso les sana el alma y les beneficia enormemente a su salud integral”, agregó.
Monseñor Stanovnik consideró que en este tiempo de prueba que es la pandemia “es necesario descubrir en quién confiar, a quién hacerle caso, de quién tomarse de la mano. Una enfermedad sorpresiva, la pandemia que nos tiene en vilo, o un servicio humilde que me descoloca, tienen que ser ocasiones para volver a Dios y confiar en Él, y al mismo tiempo, renovar nuestro amor al prójimo. Nos tiene que llevar a rezar más, a ser más responsables con la propia vida y más solidarios con la vida de nuestros semejantes”.
El arzobispo expresó en nombre de la comunidad católica “el asombro y la gratitud por tantos gestos de cercanía a los enfermos, protagonizados generosamente por el personal de la salud, voluntarios que prestan servicios en la pastoral de la salud, capellanes, sacerdotes, religiosas, y muchos que silenciosamente animan, cuidan y consuelan a los enfermos y también a sus familiares” y destacó la iniciativa, que lleva ya varios años y que consiste en incluir a los enfermos y ancianos en la misión de evangelizar y dejarse evangelizar. De ese modo, ellos se convierten en verdaderos ministros, es decir, servidores del bien de la salud espiritual y física de sus otros hermanos enfermos y de sus familiares”.
“Los invito a que confiemos a nuestros enfermos, a sus familiares y a quienes los cuidan, en las tiernas y seguras manos de la Virgen María, sabiendo que con Ella estamos a salvo de todos los peligros”, concluyó.+