Mons. Mestre: "Realmente creemos que Dios tiene el poder"
- 23 de diciembre, 2020
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
Para el cuarto domingo de Adviento, el obispo de Mar del Plata reflexionó con sus habituales tres puntitos el relato evangélico de la Anunciación.
Como reflexión para el cuarto domingo de Adviento, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, tomó sus habituales tres puntitos para ilustrar el relato evangélico de la Anunciación: “No temas…”, “¿Cómo puede ser…?” y “No hay nada imposible para Dios”, fueron las tres frases que utilizó.
“No temas…”
Las primeras palabras que dice el Ángel a María también están dirigidas a cada hombre: “Cuando miramos con profundidad nuestra vida es posible que encontremos muchas cosas que nos dan miedo, temor, incertidumbre, zozobra, desesperanza…”, describió monseñor Mestre, pero el Ángel nos dice “¡No temas!”. En este sentido, animó a identificar cuáles son las situaciones o cosas que nos dan miedo: “Desentrañar nuestros temores para presentárselos a Dios”.
“¿Cómo puede ser…?”
En el segundo punto, el obispo de Mar del Plata citó a María y dijo que “nunca está mal preguntarse y preguntar. Si se lo realiza con actitud de respeto, serenidad y sentido de fe en Dios es altamente positivo”. Esas preguntas “a veces tienen que ver con nosotros, con nuestro propio corazón. Otras veces son preguntas referidas a las personas que amamos, familiares y amigos”. Monseñor Mestre dijo entonces que “no debemos tener miedo a preguntarnos y preguntarle a Dios todo lo que afecte nuestro corazón y nuestra vida ‘¿Cómo puede ser…?’”.
“No hay nada imposible para Dios”
Esta frase “toca un aspecto esencial de nuestra fe: la grandeza y el poder absoluto de nuestro Dios”. En este sentido, el prelado llamó a preguntarnos “si realmente creemos que Dios tiene el poder”; ese poder que “siempre es más grande y vence al mal”. En efecto, “donde todo parece perdido, donde todo parece terminarse Dios irrumpe y cambia de raíz lo que parecía no tener solución. Todo nuestro poder radica en el poder de Dios”, afirmó monseñor Mestre, y ese poder “nos hace fecundos” como a María.+