Aborto en el Senado: Más voces en defensa de la vida

  • 17 de diciembre, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
Funcionarios, sanitaristas y expertos en bioética volvieron a fundamentar sus puntos de vistas en contra del proyecto de ley de aborto, en la segunda ronda de expositores invitados por el Senado.

Funcionarios, sanitaristas y expertos en bioética volvieron a fundamentar sus puntos de vistas en cuanto al proyecto de ley de aborto, en el marco de la segunda ronda de expositores invitados por el plenario de las comisiones de Banca de la Mujer, Justicia y Salud del Senado.

Según consigna el boletín Notivida, en contra del proyecto de ley de "Interrupción Voluntaria del Embarazo", que impulsa el Poder Ejecutivo Nacional y que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados, expusieron:

María de Urraza, médica del Hospital “Mi Pueblo” de Florencio Varela, quien afirmó que el proyecto busca 1) promover el aborto eugenésico, 2) legitimar lo que ya se realiza en los hospitales, que es el aborto a demanda y sin límite gestacional, 3) ampliar la cobertura del aborto irrestricto a todo el país, 4) aumentar la cantidad de abortos, 5) amedrentar a los médicos y 6) garantizar el aborto en clínicas privadas para que las mujeres de mayor poder adquisitivo no tengan que pasar por los hospitales. Resaltó que en la provincia de Buenos Aires el aborto es libre ya que todas las mujeres que quieren abortar se acercan a un hospital y abortan, y además es gratuito. Habló de las “dramáticas” complicaciones que tienen los abortos que se realizan en los hospitales: abortos tardíos donde “los fetos nacen vivos y terminan en las chatas o en los inodoros”. Destacó que se desmiembran fetos. Denunció que las embarazadas durante la pandemia tuvieron problemas para los controles mientras que para los abortos se reservaron camas. Puntualizó que en los hospitales públicos los cargos de los directorios son políticos y que hoy en la mayoría de los hospitales esos directivos imponen el aborto irrestricto, eso llevó a que estén renunciando médicos porque hay presiones para hacer abortos tardíos. Repitió que “los fetos de 24 semanas que nacen vivos lloran”. Declaró que el estado promueve el aborto y que de las miles de mujeres de la provincia de Buenos Aires que acudieron a las consejerías sólo 15 no abortaron, “parece que corrieron más rápido”, concluyó.

Evelyn Rodríguez, fundadora de la línea pro-vida para el acompañamiento del embarazo vulnerable, narró que desde hace casi 2 años en todo el país acompañan a las mujeres que piden ayuda en la línea nacional gratuita (0800-333-1148), una información que parece que a los medios no les interesa. Señaló que hay 350 instituciones voluntarias, que trabajan en la línea. “Es una red federal que se sostiene con recursos propios y abraza a cada mujer que pide ayuda”. Contó que su inquietud surgió de su historia personal –ella y su esposo son padres adoptantes- y concluyó que “una historia dramática puede tener un increíble final feliz”. Puntualizó que en los primeros 20 meses de la Red se duplicaron las instituciones voluntarias, lo que les permitió acompañar a más 1000 mujeres y ver nacer a 420 bebés. “La mujer que atraviesa un embarazo inesperado no necesita un aborto, sino acompañamiento”. Denunció que hay manipulación de embarazadas para que aborten, mientras que a ellos no les permiten ni poner carteles en muchos hospitales. Estima que la presentación del proyecto de los “Mil Días” “es una moneda de cambio para convencer a más legisladores” para que voten a favor del aborto.

María Lourdes González Bernardi, gineco-obstetra a cargo del área de obstetricia del hospital público de Montevideo, describió la experiencia de su país. Habló de mortalidad materna, cantidad de abortos, clandestinidad, objeción de conciencia y aborto como tema de “salud pública”. Explicó: 1) que la mortalidad materna se venía reduciendo en Uruguay antes del aborto, 2) que la legalización del aborto no disminuyó su práctica, los abortos registrados aumentaron. Añadió que en Uruguay hay educación sexual y anticonceptivos por lo que, entiende, tendrían que tener aborto cero, 3) que la legalización no eliminó la clandestinidad, 4) que el 40% de los ginecólogos son objetores, pero no se los respeta porque hay listas de objetores y las instituciones de salud los discriminan y 5) que se prioriza el aborto por sobre otras prestaciones, porque se considera una “emergencia sanitaria”.

Gabriel Flores Ciani, pastor evangélico y médico psicoterapeuta, habló desde la neurociencia, su especialidad. Detalló que cuando se fusionan los gametos se forma el cigoto que inmediatamente comienza a enviar señales al cerebro de la mamá, y ella los registra. “Hay cambios neuro-fisiológicos en el cerebro de la mamá”. “El embrión tiene neuronas desde la quinta semana”. Explicó que no hay diferencia, a nivel psicológico, entre un aborto legal o ilegal. “La mujer siempre registra cambios emocionales profundos”. “El cerebro de la púber no está preparado para tomar la decisión de abortar”. Señaló que el cerebro de la mamá está preparado para amar al hijo, más allá de la forma en que lo concibió.

Angélica Sarmiento, Fundación Derecho a Nacer, Colombia, habló del desarrollo de la vida humana desde la concepción y describió sólidamente sus etapas “Los cromosomas del embrión o feto son idénticos a los de esa misma persona en la etapa de niño o adulto”. “El embrión no es parte del cuerpo de la mujer, desde el punto de vista científico no hay dudas de que es otro ser humano, con un código genético propio, único e irrepetible, que se auto desarrolla”. “Los que niegan que el embrión es un ser humano debería responder: 1) “Qué clase de ser, es ese ser vivo con la información genética completa de un ser humano” y 2) “Cómo hace para humanizarse por el sólo hecho de salir del útero”. Indicó que a las 4 semanas las ecografías muestran como late el corazón, que a las 8 semanas ya tiene órganos sexuales y que a las 12 semanas ya está perfectamente formado, a pesar de que pesa 30 gr. A las 20 semanas se chupa el dedo y tiene hipo. “El aborto provocado es un homicidio”. “Es expulsar a un ser humano del útero materno desde la concepción hasta el momento en que es viable, y a esa expulsión sigue la muerte”. “La edad de la viabilidad del feto depende de la tecnología disponible para su atención”, mencionó que en los países del primer mundo sobreviven a las 21 semanas y con 500 gr de peso. A partir de ese momento se considera un parto inmaduro. “Los no objetores con esta ley se convertirían en verdugos”.

Alejandro Barceló, director del departamento de Bioética de la Fundación Barceló. Dicen que el proyecto busca reducir la mortalidad materna y no obligar a nadie a hacer algo contra su voluntad, pero: 1) obliga al personal sanitario a suministrar información sobre el aborto a la embarazada, 2) obliga al personal de salud a capacitarse para hacer abortos, 3) obliga al personal de salud y a los docentes a capacitarse en la ideología de género, 4) obliga a las obras sociales y al sector público a realizar abortos a demanda,  5) obliga a la comunidad a pagar los aumentos que tendrán las prestaciones por la incorporación de la práctica, 6) obliga  a las instituciones contrarias al aborto a gestionarlos y derivarlos, 7) obliga al personal de salud a no emitir consideraciones valóricas sobre el aborto, 8) el proyecto le restringe a la mujer -y al hombre también- derechos esenciales 9) permite que la mujer -y el hombre- sean instrumentalizados, 10) no otorga a la mujer ningún derecho, sólo los tendrían las ya nacidas, 11) el aborto sería la única práctica a realizar en un plazo perentorio. Destacó también que “si la mujer no tiene derecho a la vida no tiene derecho a nada”.

María Cecilia Ávila, tocoginecóloga de Catamarca, dijo que en Andalgalá todos los médicos son objetores de conciencia. Confesó que nunca pensó que después de tantos años de estudio los médicos iban a tener que pedir que no se los obligue a matar a un niño por nacer. Explicó que nunca es fácil llevar adelante un embarazo, porque implica cambios de distinta índole y que lo más frecuente es que en un embarazo normal la mujer manifieste algún malestar y el obstetra la tiene que acompañar a transitar “la aventura de estar embarazada”. Acompañó a mujeres que quedaron embarazadas sin planificarlo, “es una noticia dura, pero también una noticia que implica vida” y finalmente el nacimiento es siempre un momento “mágico”. “El proyecto busca normalizar el asesinato de un bebé y transformar a los ginecólogos en partícipes necesarios, en sicarios”. “Es un proyecto genocida”.

José Jalil Cosomel, médico alergólogo/inmunólogo, se declaró agnóstico y dijo que el aborto es una cuestión científica. Habló en nombre de los médicos pro-vida de Catamarca. Denunció que se falsifican las cifras vinculadas al aborto y que se ocultan las patologías que causan la mortalidad que es prevalente en la mujer. Puntualizó que los abortos legales e ilegales tienen complicaciones. Destacó que las mujeres que abortan son más proclives al suicidio. “Hay una acción de propaganda que no se basa en datos reales”. “Se estigmatiza al embarazo y se idealiza al aborto”. “La mayoría de las mujeres de clase baja se oponen al aborto”. “El 58% de las mujeres reportó que se hicieron el aborto para hacer felices a las personas cercanas y otro 28% por temor a perder a su pareja”. Mencionó los abortos selectivos de la India y China, “si las mujeres decidieran no favorecerían al otro sexo”. 

Graciela Moya, genetista, Instituto de Bioética UCA, comenzó hablando de estadísticas vitales, mencionó a las 19 mujeres que murieron en la Argentina por aborto provocado en 2018 y destacó que la tasa de mortalidad por aborto ha disminuido un 62% desde el 2005. “El aborto provocado no es la primera causa de muerte de la mujer”. En segundo lugar se refirió al comienzo de la vida humana y a su dignidad. “No cabe duda, desde el punto de vista biomédico, que la existencia del ser humano se inicia en la concepción”. Enfatizó que hubo secuestro y esclavitud de personas africanas, esterilización forzada de personas con discapacidad en países nórdicos y que en los países desarrollados se elimina sistemáticamente a los niños con síndrome de Down. En tercer lugar habló de la dignidad de la mujer, subrayando que los abusos y la trata no mejoran con la legalización del aborto. “El derecho al aborto es el derecho a elegir eliminar una vida humana frágil”. El aborto desampara a la mujer en condiciones de vulnerabilidad. Pidió políticas públicas que protejan a la madre y al hijo. Le solicitó a los senadores que legislen para hacer una sociedad más justa, más humana y más civilizada.

María Angélica Gelli, directora del Instituto de Política Constitucional de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, dijo que estaba en el debate “contra toda esperanza” porque vio el festejo tras la aprobación en Diputados, un festejo que “contrasta con la afirmación de que nadie quiere el aborto y que es una tragedia”. Habló del comienzo de la persona humana en el ordenamiento jurídico, una cuestión que la biología ya saldó. Mencionó que el proyecto -cuando habla de los tratados internacionales- soslaya al Pacto de San José de Costa Rica que dice que: “si los derechos exaltan la libertad individual, los deberes expresan la dignidad de esa libertad”. “En el proyecto rige el individualismo y la exacerbación de la autonomía”. “El gran ausente es el no nacido”. “Niega la responsabilidad personal”. “Confunde despenalización con un derecho subjetivo a abortar”. Volvió a denunciar el eufemismo de “interrupción legal del embarazo” y señaló que, “en los Estados Unidos, un país que ha propiciado muchas de las normas que hoy se defienden”, hablan de prolife y prochoice para señalar las dos posturas. Afirmó que la objeción de conciencia personal es ambigua y condicionada, y la institucional es negada con el cargo de tercerizar la práctica.

José Luis Moussatche, ginecoobstetra: “El aborto no es un proceso natural”, los fármacos hacen que se despegue y expulse el embrión. El aborto en lugares públicos puede tener complicaciones como perforaciones e infecciones; también pueden quedar microcicatrices en el útero. “El aborto es un procedimiento invasivo que puede provocar lesiones en la paciente”. Reclamó la aplicación de la ley de educación sexual y que se informe sobre anticonceptivos.

Nicolás Lafferriere, doctor en ciencias jurídicas, especialista en bioética: “Cuando se estudia un proyecto hay que detenerse en los detalles del articulado”. Recordó que el art. 86 del Código Penal vigente menciona que el aborto no es punible si el peligro para la vida o la salud de la mujer “no puede ser evitado por otros medios” y destacó que el proyecto elimina esta última frase. Señaló además que no se ofrecen alternativas a la decisión de eliminar una vida. “El proyecto retacea la información que se le brinda a la madre y prohíbe bajo amenazas de sanción que se le brinde información inadecuada o que el personal de salud haga consideraciones axiológicas”. Resaltó las diferencias entre la ley proyectada y las vigentes en Uruguay e Italia, que –si bien son censurables porque propician el aborto- ofrecen alternativas y contemplan circunstancias como plazo de reflexión o edad gestacional. “Distinguir entre persona y ser humano es un resabio de posturas que entendían que el término persona era un recurso técnico del legislador para poder determinar un plexo de derechos, hoy no cabe duda de que todo ser humano es persona”. Aclaró que no se puede extrapolar el Caso Artavia Murillo -sobre fecundación artificial y para Costa Rica-, a nuestro país y al tema aborto.

A favor del proyecto de aborto legal expusieron Stela Maris Manzano, Tocoginecóloga de Chubut; Sonia Tarragona, subsecretaria de Medicamentos del Ministerio de Salud;  Mariana Romero, epidemióloga del Cedes; Analía Messina, ginecóloga del Hospital Álvarez (Redaas - Red de profesionales que Asisten Abortos Seguros); Noelia Vera, exdiputada de Podemos, Secretaria de Estado de Igualdad y contra la violencia de género de España; Adolfo Rubinstein, exministro de Salud; Cecilia Ousset, ginecóloga tucumana; Gabriela Luchetti, ginecóloga de Neuquén y miembro de Redaas; Ruth Zurbriggen, miembro de La Revuelta y Socorristas en Red de Neuquén; Yolanda Bertazzo, jefa del Programa de Salud Sexual Reproductiva de San Luis; Daniel Teppaz, director de Salud Sexual, Rosario; y Susana Chiarotti, CLADEM, experta argentina en el Comité de Seguimiento de la Convención Interamericana de Belém Do Pará. 

Más información: www.notivida.org.+