Virgen de Guadalupe: Mirando a María, transformamos nuestra vida en don

  • 12 de diciembre, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El papa Francisco celebró en la basílica de San Pedro la misa de la solemnidad de la Santísima Virgen María de Guadalupe.

“Abundancia, bendición y don” son las tres palabras que el papa Francisco entrelazó este sábado en la homilía de la misa que celebró en la basílica de San Pedro en la solemnidad de la Patrona de América, Nuestra Señora de Guadalupe.

La primera palabra evidenciada en la Liturgia de hoy es la abundancia porque Dios siempre se ofrece en abundancia. Él no conoce las dosis. Somos nosotros, señaló los que ponemos los límites, y Dios, afirmó Francisco, se deja dosificar por su paciencia.

“Somos nosotros los que conocemos, por nuestra naturaleza misma, por nuestros límites, la necesidad de las cómodas cuotas. Pero Él se da en abundancia, totalmente. Y donde está Dios, hay abundancia”. El único límite que tiene Dios, afirmó el Papa diciendo que quiere pensar que tiene un límite el Señor, es el de la imposibilidad de darse de otro modo que no sea en abundancia.  “Pensando en el misterio de Navidad, la liturgia de Adviento toma del profeta Isaías mucho de esta idea de la abundancia. Dios se da entero, como es, totalmente”.

Bendición
Como explicó el Papa más adelante, el encuentro de María con Isabel es una bendición. Y la bendición significa “decir-bien”. Y Dios desde la primera página del Génesis nos acostumbró a este estilo suyo de decir bien.

“La segunda palabra que pronuncia según el relato bíblico, es “y era bueno”.  “Está bien”. “Era muy bueno”. El estilo de Dios es siempre decir bien, por eso la maldición va a ser el estilo del diablo, del enemigo. El estilo de la mezquindad, de la incapacidad de donarse totalmente, el “decir mal”. Dios siempre dice bien. Y lo dice con gusto. Lo dice dándose”.

El regalo de Dios
La abundancia y este decir bien, es un regalo, es un don. Un don que se nos da en Él, que es todo divinidad. En “el Bendito”. Un don que se nos da en la que está “llena de gracia”, la “bendita”.

Jesús es el bendito por naturaleza y María es la bendita por gracia. Estas dos referencias, dijo Francisco, las marca la Escritura.

“A Ella se le dice “bendita tú entre las mujeres”, “llena de gracia”. Jesús es el “bendito”, el que traerá la bendición. Y mirando la imagen de nuestra Madre esperando al bendito, la llena de gracia espera al bendito, se entiende la abundancia del decir bien, del “ben-decir”, afirmó.

“Tenemos esto del don, el don de Dios se nos presentó en la abundancia de su Hijo por naturaleza. En la abundancia de su Madre por gracia. El don de Dios se nos presentó como una bendición. En el bendito por naturaleza y en la bendita por gracia”.

Y éste es el regalo que Dios nos presenta y que ha querido continuamente subrayarlo, a lo largo de la revelación, señaló y pidió que “contemplando la imagen de nuestra Madre hoy, le robemos a Dios un poco de este estilo que tiene: La generosidad, la abundancia, el bendecir. Nunca maldecir. Y transformar nuestra vida en un don. Un don para todos. Que así sea”.

Indulgencia plenaria desde casa
La Penitenciaría Apostólica, por mandato del papa Francisco, extendió la indulgencia plenaria a los fieles de todo el mundo que celebran desde casa el 12 de diciembre, el 125 aniversario de la Coronación de Nuestra Señora de Guadalupe, Madre Morenita.

La Basílica Mariana en México permanecerá cerrada hasta el 13 de diciembre debido a la actual pandemia de Covid-19, para evitar las tradicionales multitudes que se crean en este período. 

“Consciente de que la devoción a la 'Virgen Morena' va más allá de nuestras fronteras - escribió el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México - el Santo Padre consideró oportuno ofrecer esta indulgencia a todos los fieles católicos del mundo para que se unan a nuestra celebración, adhiriéndose a los requisitos de la Indulgencia. 

Deseo que nuestro pueblo peregrino, que busca el consuelo, la protección y la ternura de Nuestra Santísima Madre desde el fondo de su corazón herido, aproveche esta gracia que nos ha concedido el papa Francisco y que se extiende a los fieles difuntos”. 

El papa Francisco inició en 2014 la tradición de presidir la misa en San Pedro con motivo de esta fiesta mariana para el continente americano. 

El acontecimiento de Guadalupe - afirmó el papa Francisco en la audiencia general del 11 de diciembre de 2013 - es el "signo profético de un abrazo, el abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas, los que ya estaban allí y los que vendrán".+