Mons. Han Lim Moon: "¿Qué puede significar el grito de Juan el Bautista?"
- 5 de diciembre, 2020
- San Martín (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Han Lim Moon, obispo coadjutor electo de Venado Tuerto, reflexionó con el Evangelio del segundo domingo de Adviento y animó a la comunidad al sacramento de la confesión.
En su homilía para el segundo domingo de Adviento, el obispo coadjutor electo de Venado Tuerto, monseñor Han Lim Moon, se refirió al Evangelio de San Marcos que comienza diciendo: "Una voz grita en el desierto: ´preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”, referido a Juan Bautista.
Reflexionando sobre este pasaje evangélico, el obispo ejemplificó a una persona presa y a alguien perdido en un desierto, y comentó que "aunque no estás encarcelado físicamente pero puede ser que estés con alguna cadena interior que te ata por alguna historia familiar o personal: miedo, tristeza, odio, ambición, vicios, pecados”; y que "aunque no vivas en un desierto puede ser que, por distintas circunstancias, vivas en un desierto interior: indiferencia, sin afectos, soledad sin que nadie te escuche y proteja, un gran vacío en el corazón”.
Frente a esto monseñor Han Lim Moon presentó el “camino de liberación”, que en el Antiguo Testamento sucedió en Egipto y en Babilonia, pero “para nosotros, ¿qué puede significar el grito de Juan el Bautista?”, se preguntó monseñor Moon.
En este sentido, reflexionó que se trata de “una fuerte invitación para hacer un éxodo de liberación de nuestra esclavitud interior. Para esto debemos recorrer también el camino interior allanando el sendero para que nos llegue bien Jesucristo, nuestro Salvador”.
Juan el Bautista “nos exhorta a recibir un bautismo de conversión”. Esto consiste, ante todo, “en el reconocimiento de nuestros errores” que “lleva al arrepentimiento y a la confesión de los pecados aún sin absolución”.
El Espíritu Santo “liberará nuestras ataduras interiores, purificará y quitará nuestros pecados. Y, aún más, nos hará nuevas creaturas con mentalidad y comportamiento semejante al suyo”, agregó monseñor Moon. Y mencionó dos fases del bautismo que “se unifican en un solo bautismo y su gracia se actualiza cada vez que nos acercamos al sacramento de la confesión”.
El prelado, de todos modos, aclaró que “confesarse no es una tarea fácil para quien lo realiza, porque lo compromete a un cambio siempre profundo. Por eso, es necesario tomar el coraje de levantarse del desánimo, de la tristeza y aumentar la confianza en el Padre siempre misericordioso”, y animó a recibir el sacramento.
Esta experiencia “nos convierte, como Juan el Bautista, en ‘un grito’ unísono de alegría que despierta a todos los hombres del sopor de desánimo, tristeza, desesperanza y distracción; y que lleva la Palabra viva y eficaz, el poder que desata toda cadena interior del hombre, es decir, a Jesucristo”.
Finalmente expresó: “Te exhorto a convertirte en la ‘voz alegre y consoladora’, que lleve la Buena Noticia, Jesucristo, Hijo de Dios. Y así, todos festejaremos la gran alegría de nuestra liberación".+