Mons. Mestre: La actitud de la "vigilancia evangélica"
- 11 de noviembre, 2020
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
Al reflexionar con el Evangelio del 32º domingo durante el año, el obispo de Mar del Plata, utilizó sus habituales tres puntitos con las palabras "tiempo", "responsabilidad" y "aceite".
Al reflexionar con el Evangelio del 32º domingo durante el año, el 8 de noviembre, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, utilizó sus habituales tres puntitos con las palabras “tiempo”, “responsabilidad” y “aceite”.
Aprovechar bien el tiempo
El primer aspecto que marca el Evangelio es en relación al tiempo: “La misericordia del Señor es eterna, es infinita y para todos. Tiene un solo límite que es la misma libertad del ser humano. Y esa libertad se juega en el tiempo que Dios nos regala”, aseguró el obispo. Por eso, es importante “estar preparados, prevenidos y con el suficiente aceite”, y preguntarse: “¿Qué estamos haciendo con nuestro tiempo?”. Este es uno de “los bienes más preciados” que Dios nos regaló, por eso es importante hacer un uso responsable.
Vivir con responsabilidad
“En el último versículo del Evangelio de hoy se nos invita a estar prevenidos. Podemos traducir por estar atentos, concentrados, preparados… en definitiva en actitud de vigilancia evangélica”, explicó monseñor Mestre en el segundo punto. Además, el prelado aclaró que no se trata de “tener miedo respecto a la venida del Señor”. Por el contrario, esto debe “hacernos crecer en responsabilidad” y a poder actuar con “atención, preparación y vigilancia evangélica”.
Almacenar aceite
Aunque parezca “egoísta” que las jóvenes prudentes no quieran compartir el aceite, el Evangelio pretende más bien dar “una enseñanza que no admite un traspaso de responsabilidades personales: cada uno responde personalmente al llamado de Dios con las buenas obras del aceite”. La metáfora del aceite implica responsabilidad en el uso del tiempo, por tanto, “una vida coherente y evangélica sea en los pequeños o grandes momentos”. El aceite es un “combustible suficiente a la luz de la fe, esperanza y caridad de nuestras vidas”.+