Mons. Chávez exhortó a los tucumanos a "cuidar el amor"

  • 27 de octubre, 2020
  • Concepción (Tucumán) (AICA)
Al celebrar la Eucaristía del 30° domingo del tiempo ordinario, monseñor José Melitón Chávez, obispo de Concepción, habló sobre el amor, "todo lo que el hombre necesita darle sentido a su vida".

El 30° domingo del tiempo ordinario, monseñor José Melitón Chávez, obispo de Concepción, presidió la celebración de la Eucaristía que se transmite por el Canal 10 a toda la provincia de Tucumán. 

Al comenzar el prelado afirmó que “el Señor siempre resucita y esto nos resuena de una manera particular en estos tiempos en que estamos necesitados de dar un paso adelante y resucitar de las situaciones que nos están molestando”. 

Monseñor Chávez se dirigió de modo especial a las familias de los chicos y jóvenes que en este tiempo no están teniendo clase y los animó a seguir adelante. 

Luego dijo que para salvarse “todo lo que el hombre necesita darle sentido a su vida”, y mencionó que allí “está precisamente en el mandamiento del amor, a Dios y al prójimo”. Recordando las palabras de Jesús en el Evangelio, afirmó: “Toda religión se resuelve en ese mandamiento y todo lo demás es accesorio. Lo importante es Dios y el hombre que ama a toda la humanidad, y el hombre que está invitado a amar a Dios y a los hermanos”. 

Por eso, exhortó: “Es necesario ponerlo en práctica y no dar por supuesto que ya lo estamos cumpliendo”, porque “el amor que se renueva todos los días en el perdón es el que salva”, aseguró. En este sentido, llamó a preguntarse: “¿Realmente estoy amando? Y preguntarlo por segunda vez y por tercera vez, como Jesús le preguntó a Pedro”.  

Monseñor Chávez invitó a los tucumanos a “cuidar el amor”, porque “en eso consiste todo”; y también hizo mención a la necesidad de “generar la amistad social”, incluso en tiempo de pandemia. Además, el prelado rezó por la violencia frecuente que se está dando en la provincia de Tucumán.

“El domingo también es día de la familia, que en estos tiempos aceptan el desafío de ser familias a pesar de todo”, mencionó antes de concluir. Pero “el amor puede más”, dijo recordando a San Juan Pablo II y rogó que “en cada familia podamos seguir apostando por el amor, ese amor de Dios entrañable por la humanidad y que estamos llamados a recibir y dar”. 

“Nuestra trinchera es el altar del Señor desde donde Él da la vida por nosotros”, concluyó.+