Mons. Braida cita a Angelelli para animar a cuidar la vida siempre
- 24 de octubre, 2020
- La Rioja (AICA)
"Nuestro beato Enrique Angelelli en reiteradas ocasiones se manifestó claramente a favor de la vida en el seno materno advirtiendo sobre las consecuencias personales y sociales del aborto", recordó.
El obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, exhortó a “cuidar la vida humana en todas sus etapas de desarrollo, reconociéndola como tal ya en su etapa de gestación” como anima el papa Francisco.
El prelado difundió una declaración ante la novedad de que el Poder Ejecutivo tiene previsto enviar un proyecto de ley de aborto al Congreso en medio de la crisis sociosanitaria por la pandemia.
“Nuestro beato Enrique Angelelli en reiteradas ocasiones se manifestó claramente a favor de la vida en el seno materno advirtiendo sobre las consecuencias personales y sociales del aborto”, recordó.
Monseñor Braida sostuvo que en el cuidado de la vida en todas sus etapas “hay una insustituible responsabilidad del Estado”, pero, planteó, “también se tiene que destacar nuestra responsabilidad y caridad como cristianos que ha de manifestarse de tantas maneras creativas como el Espíritu nos lo indique”.
“En primer lugar ofreciendo el calor de una comunidad-familia que de modo incondicional siempre acoge la vida, la cuida y la acompaña esté como esté, brindando los medios necesarios para promoverla”, aseveró.
Texto de la declaración
Así como Francisco nos alienta a cuidar la casa común, de modo particular nos exhorta a cuidar la vida humana en todas sus etapas de desarrollo, reconociéndola como tal ya en su etapa de gestación. Nos dice en la misma Laudato si': "Dado que todo está relacionado, tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto. No parece factible un camino educativo para acoger a los seres débiles que nos rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión humano aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades" (n. 120).
Nuestro beato Enrique Angelelli en reiteradas ocasiones se manifestó claramente a favor de la vida en el seno materno advirtiendo sobre las consecuencias personales y sociales del aborto.
Reconocemos y comprendemos que hay veces que la vida humana es engendrada en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, o simplemente no es deseada. A su vez estamos convencidos de que la respuesta a esta realidad no puede ser la violencia a un ser indefenso. No se puede buscar la salida generando otro drama, se debe buscar una solución abrazando y acompañando a cada protagonista, a la vida humana que va creciendo y a la mujer que sufre tal situación. En este sentido se trata de proteger las dos vidas: la de la madre y la del hijo, como así también de acompañar a quienes forman parte del entorno con una actitud de atenta escucha, comprensión y oportuna solidaridad.
A su vez, no basta que como cristianos digamos que estamos a favor del derecho a la vida si no nos comprometemos a utilizar todos los medios para cuidarla y promoverla en todas las etapas. En nuestras comunidades debemos generar ayudas concretas en favor de embarazos que necesitan contención y apoyo; también para asistir a aquellos niños, adolescentes y jóvenes que, sin horizontes ni oportunidades, se ven cautivos de la mafia del narcotráfico y de la delincuencia. Asimismo asumir la realidad de quienes no tienen trabajo, o el acompañamiento de nuestros mayores y ancianos.
En este cuidado de la vida en todas sus etapas hay una insustituible responsabilidad del Estado. Pero también se tiene que destacar nuestra responsabilidad y caridad como cristianos que ha de manifestarse de tantas maneras creativas como el Espíritu nos lo indique. En primer lugar ofreciendo el calor de una comunidad-familia que de modo incondicional siempre acoge la vida, la cuida y la acompaña esté como esté, brindando los medios necesarios para promoverla.+