Editorial del Consudec: "Educamos siempre"
- 15 de octubre, 2020
- Buenos Aires (AICA)
"La educación coincide con las relaciones humanas, es lo que hace que la relación entre personas sea realmente humana", destacó el presbítero José Álvarez en la revista institucional.
El presidente del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), presbítero José Álvarez, recordó que “la educación coincide con las relaciones humanas, es lo que hace que la relación entre personas sea realmente humana”.
“La capacidad de educar, es decir, de introducir a otro en la realidad, es lo que diferencia al hombre del resto de las criaturas: el hombre acompaña al niño, hijo suyo o de cualquier otro hombre, hacia su destino, hacia la realidad, y al significado de las cosas”, precisó en su editorial de octubre en la revista institucional.
En este sentido, el sacerdote sostuvo: “La educación atañe a todo hombre y toda mujer. El hombre, por cómo está hecho y por cómo se relaciona con los demás, educa. El hombre siempre educa”.
El presidente del Consudec planteó que la educación de los hijos no debería ser un problema para los padres, al recordarles que “no existe el problema de la coherencia o de la incoherencia”.
“Tus hijos no son estúpidos, saben que eres incoherente y venderles la idea de un padre especialmente bueno y coherente no los convencerá, no conseguirán engañarlos. Saben perfectamente cómo somos”, afirmó.
Y explicó: “Nuestros hijos no necesitan nuestra coherencia en el sentido moralista del término; necesitan que esa ‘función de coherencia ideal’ coincida con ese ‘seguir estando’”.
“Nuestros hijos nos perdonan nuestra debilidad moral, pero no nos perdonan la falta de valentía, la falta de responsabilidad ante la realidad, la ausencia de una certeza última respecto al destino: esto, no lo perdonan. ‘No se preocupen’. Lo digo también por esta manía de pensar que deberíamos tener el psicólogo en casa”, subrayó.
El padre Álvarez lamentó que pareciera que “nadie es capaz de hacer de padre, nadie es capaz de hacer de madre, al primer problema recurrimos a un experto: entregamos la relación educativa al colegio, y en la familia, a los ‘expertos’”.
“¡Parece que hay que tener tres carreras para criar a un niño! Basta de historias, ustedes son los mejores padres posibles para sus hijos, no se preocupen si se equivocan, porque no es eso lo que traumatiza a los niños”, aseveró.
El sacerdote estimó que “para poder comprender el desarrollo, las consecuencias y la dinámica de lo que llamamos educación, tenemos que hacer el esfuerzo de volver a mirar las cosas desde el principio”.
“La educación coincide con las relaciones humanas, es lo que hace que la relación entre personas sea realmente humana”, señaló, y puntualizó: “La capacidad de educar, es decir, de introducir a otro en la realidad, es lo que diferencia al hombre del resto de las criaturas: el hombre acompaña al niño, hijo suyo o de cualquier otro hombre, hacia su destino, hacia la realidad, hacia el significado de las cosas. Por eso la educación atañe a todo hombre y toda mujer”.
“El hombre, por cómo está hecho y por cómo se relaciona con los demás, educa. El hombre siempre educa”, concluyó.
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