Mons. Canecín: "¡Qué pena me da cómo afloró nuevamente la grieta!"
- 15 de septiembre, 2020
- Goya (Corrientes) (AICA)
"¿Qué puede esperar el pueblo argentino, si las autoridades tienen actitudes generadoras y profundizadores de grietas, que impiden aunar esfuerzos para pensar en el bien común?", expresó Mons. Canecín
El obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, presidió el 13 de septiembre la misa dominical en la catedral Nuestra Señora del Rosario, donde reflexionó sobre “el corazón de un Dios dispuesto siempre a perdonar”.
En la homilía, el prelado animó a tener “la experiencia de la misericordia y de la compasión” al tiempo que lamentó “actitudes generadoras y profundizadores de grietas”.
“La única deuda que debe haber entre ustedes es la deuda del amor mutuo”, afirmó el obispo al relacionar las lecturas de este domingo, porque “el que ama ha cumplido toda la ley y, el amor es lo único que no hace daño”.
El prelado goyano subrayó que la Palabra proclamada “revela el corazón de nuestro Dios” porque, aseguró, “Dios es un Dios amor, indulgente y siempre dispuesto a perdonar, siempre dispuesto a recibir al que cae o tropieza”.
Asimismo, planteó que “puede ser que condicionado por muchas experiencias humanas o por una catequesis deficitaria no tengamos la experiencia de este Dios mostrado, revelado, enseñado por Jesucristo” y, a veces, “terminamos afeando el rostro de nuestro Dios”.
“¡Qué lindo que podamos corregir o rectificarlos!”, exclamó, y agregó: “Hoy se nos muestra el corazón de un Dios dispuesto siempre a perdonar”.
En ese sentido, monseñor Canecín consideró que es bueno "el nuevo afloramiento ell hacer la experiencia de la misericordia y de la compasión”, porque, “el corazón de Dios se conmueve y se compadece frente a nuestra debilidad, fragilidad y límites, vulnerabilidades y pecados. Así es el corazón de nuestro Dios y es el Dios que nos ha mostrado Jesucristo”.
“Hermanos, si tenemos un Dios con esta característica, con este corazón y con este rostro, volvamos a este Dios con confianza filial, esa confianza propia de los hijos con su padre", pidió, porque "solo quien hace la experiencia puede luego vivirla con los demás”.
“No basta con saber que Dios es amor para amar, no basta con saber que Dios perdona para perdonar, no basta saber que Dios es indulgente para ser uno indulgente con uno mismo, con los hermanos o con la creación”, advirtió, y añadió: “Necesitamos la experiencia vital, existencial, honda y profunda, que conmueva nuestras entrañas y que transforme nuestro corazón”.
En otro pasaje de su reflexión, el obispo lamentó: “¡Qué pena me da el nuevo afloramiento de las grietas!” y añadió: “Parecía que se querían tapar en la Argentina, en el ambiente y en la relación de los políticos, nuestras autoridades y gobernantes”.
“¿Qué puede esperar el pueblo argentino, si las autoridades que están sobre el tapete tienen estas actitudes generadoras y profundizadores de grietas, que les impiden aunar esfuerzos para pensar en el bien común?”, interpeló.
Monseñor Canecín hizo también un llamado al perdón, recordando: “Las veces que la Iglesia habló de reconciliación, pensamos que es tender un manto de unidad sobre la historia de la Argentina. El pasado y el presente. El perdón supera la justicia, porque, para Dios la justicia es ser misericordioso e indulgente”.+