Ángelus: El Papa animó a recibir la Palabra de Dios, guardarla en el corazón y ponerla en práctica
- 12 de julio, 2020
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El papa Francisco animó a recibir la semilla de la Palabra de Dios en nuestras vidas, guardarla en el corazón y ponerla en práctica en la vida de cada día.
A las 12 del mediodía de este domingo 12 de julio, el papa Francisco se asomó a la ventana del estudio del Palacio Apostólico vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.
Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de este Domingo de San Mateo en la que Jesús relata la parábola del sembrador, el pontífice dijo que “esta paraÌbola del sembrador es un poco la ‘madre’ de todas las paraÌbolas, porque habla de la escucha de la Palabra”.
Francisco habló de los “cuatro tipos distintos de terreno” que se mencionan en la parábola del sembrador, narrada por Jesús en el evangelio de hoy y de los variados “tipos” de tierra que reciben “la Palabra de Dios, a Cristo mismo”.
El primer tipo es “un camino, donde en seguida vienen los pájaros y se comen las semillas. Es la distracción, un gran peligro de nuestro tiempo. Acosados por tantos chismorreos, por tantas ideologías, por las continuas posibilidades de distraerse dentro y fuera de casa, se puede perder el gusto del silencio, del recogimiento, del diálogo con el Señor, tanto como para arriesgar perder la fe.”
El segundo es el “pedregal, un terreno con poca tierra”: “Es la imagen del entusiasmo momentáneo pero que permanece superficial, no asimila la Palabra de Dios. Y así, ante la primera dificultad, un sufrimiento, una turbación de la vida, esa fe todavía débil se disuelve, como se seca la semilla que cae en medio de las piedras”.
El tercero es “el terreno donde crecen arbustos espinosos. Y las espinas son el engaño de la riqueza, del éxito, de las preocupaciones mundanas. Ahí, la Palabra se ahoga y no da fruto”.
“Por último, podemos recibirla como el terreno bueno. Aquí, y solamente aquí la semilla arraiga y da fruto. La semilla que cae en este terreno fértil representa a aquellos que escuchan la Palabra, la acogen, la guardan en el corazón y la ponen en práctica en la vida de cada día".
En cualquier caso, agregó, la Palabra de Dios “la Palabra de Dios es una semilla que en sí misma es fecunda y eficaz; y Dios la esparce por todos lados con generosidad, sin importar el desperdicio. ¡Así es el corazón de Dios! si queremos, podemos convertirnos en terreno bueno, labrado y cultivado con cuidado, para hacer madurar la semilla de la Palabra. Está ya presente en nuestro corazón, pero hacerla fructificar depende de nosotros, depende de la acogida que reservamos a esta semilla. A menudo estamos distraídos por demasiados intereses, por demasiados reclamos, y es difícil distinguir, entre tantas voces y tantas palabras, la del Señor, la única que hace libre”.
Luego, el Papa aconsejó, una vez más, leer todos los días un pequeño pasaje del Evangelio, para “habituarse” a escuchar la Palabra de Dios.
“Que la Virgen María –concluyó -, Virgen María, modelo perfecto de tierra buena y fértil, nos ayude, con su oración, a convertirnos en terreno disponible sin espinas ni piedras, para que podamos llevar buenos frutos para nosotros y para nuestros hermanos”.
Luego de la oración a María, Francisco recordó que hoy, segundo domingo de julio, se conmemora el Día Internacional del Mar. “Dirijo un afectuoso saludo a todos aquellos que trabajan en el mar – dijo -, especialmente a aquellos que están lejos de sus seres queridos y de su país. Saludos a todos los que vinieron esta mañana al puerto de Civitavecchia-Tarquinia para la celebración eucarística”.
Para la ocasión, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral hoy difundió un mensaje y una oración.