Mons. Mestre: Importantes y valiosos ante los ojos del Padre
- 24 de junio, 2020
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
En su homilía para el domingo 21 de junio, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, tomó tres palabras para ilustrar el Evangelio de San Mateo: "Anunciar", "miedos" y "Padre".
En su homilía para el domingo 21 de junio, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, hizo alusión al texto evangélico de San Mateo con tres ideas: “Anunciar abiertamente el Reino”, “Enfrentando y purificando nuestros miedos” y “Para el Padre Dios somos muy importantes”.
El prelado comenzó explicando que “el contexto claro e inmediato de nuestro relato, es el servicio evangelizador del verdadero discípulo del Reino”, y que el texto “posee un tinte pintoresco y está marcado por el uso que Jesús hace de algunos refranes populares o frases típicas de aquella época”.
Anunciar abiertamente el Reino
Al comenzar, el obispo mencionó que “lo propio del misionero es proclamar el Evangelio ‘desde lo alto de las casas’ y a ‘pleno día’”. En este sentido, el anuncio de la época se hacía “desde las terrazas, llegaba muy bien la voz a todos, y en pleno día era el momento cuando la mayoría de la gente estaba circulando”. Por eso, monseñor Mestre afirmó que “la Buena Noticia de Jesús que se revela debe ser conocida por todos”, porque “no podemos callar lo que hemos visto y oído de parte de Dios”. “Ser misioneros es reconocer abiertamente, siempre y constantemente ante todos los hombres que somos de Dios y anunciarlo sin límites ni recortes”.
Enfrentando y purificando nuestros miedos
El obispo marplatense dijo que el texto le da “un lugar destacado” al miedo, porque “es una realidad profundamente humana propia de todas las personas y de todos los tiempos”. Aunque “no es malo en sí mismo”, el obispo describió que existen “miedos positivos y miedos negativos”. Los primeros “valen la pena”, es decir, “temer a lo que nos aparta de Dios y su Evangelio”. “Muchas veces nos quedamos más preocupados y concentrados por los ‘miedos de todos los días’ y perdemos de vista la realidad del pecado grave y el poder del mal como lo más dramático que se puede apoderar de nuestro corazón”, indicó monseñor Mestre e invitó a “purificar y reordenar incluso nuestros temores ante la Palabra de nuestro Dios”. Para hacerlo, debemos “tener en claro que la vida depende de Dios” y que “el valor supremo está en nuestra relación con Dios y el cumplimiento de su voluntad”.
Para el Padre Dios somos muy importantes
La figura del “Padre” irrumpe con fuerza en el Evangelio de este domingo. “En el centro de la Buena Noticia está el Padre Dios que nos cuida con delicadeza y actitud totalmente personal”, afirmó el prelado. Y como “cuida a los pájaros del cielo”, “aún mucho más se hace cargo con misericordia de cada uno de nosotros, incluso en medio de nuestros pecados y debilidades”. Porque “somos absolutamente importantes y valemos inmensamente”. “¡Qué bueno será disfrutar siempre de esta experiencia en nuestra vida de oración!”, exclamó el obispo. Finalmente invitó: “Cuándo alguien piensa que vale poca cosa, ore con este texto y verá cuán importante y valioso es para el Padre Dios siempre y más allá de toda circunstancia”.+