Como cada año, miles de peregrinos llegaron el 18 de agosto a Villa de Soto, Córdoba, para celebrar las fiestas patronales en honor de San Roque. En esta oportunidad, fueron más de 70 mil los fieles que participaron de la novena y la fiesta central. La misa estuvo presidida por el obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya, quien en su homilía expresó: "Celebramos que Dios se haya hecho cercano a nosotros a través de los santos y de un modo especial nos haya llegado la confianza a través de la intercesión de San Roque".
Más de 70 mil fieles se congregaron en Villa de Soto, en la diócesis cordobesa de Cruz del Eje, para celebrar las tradicionales fiestas patronales en honor de San Roque.
Fueron diez días en los que muchos peregrinos llegaron al Santuario San Roque a pedir una intención en particular o dar gracias por la superación de una enfermedad, o confiando en la intercesión de San Roque para su curación. Durante los días de la novena, un grupo de laicos visitó enfermos de la ciudad y de los pueblos rurales cercanos.
La Eucaristía fue presidida por monseñor Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje, que en su homilía destacó con asombro la manifestación pública de fe diciendo que: "es una manera hermosa de ver cómo el pueblo se evangeliza a sí mismo". En la eucaristía concelebraron varios sacerdotes diocesanos, y asistieron diáconos permanentes del santuario San Roque y seminaristas.
Monseñor Araya describió a la ciudad como un lugar histórico, natural y de mucha fe cristiana, "porque celebramos que Dios se haya hecho cercano a nosotros a través de los santos y de un modo especial nos haya llegado la confianza a través de la intercesión de San Roque, un santo que nos ha enseñado cómo se sigue a Cristo, cómo se encara su mensaje. San Roque nos ha llevado por el camino de la confianza en Dios y en el camino del amor a los pobres", afirmó.
"La Iglesia ha de ser una servidora humilde del Reino de Dios, y al Reino se llega siempre que se ama al prójimo. Y eso decide nuestro destino final. Jesús está en todos los pobres de la tierra. Está oculto en todos los rostros doloridos y esa presencia se pondrá de manifiesto en el momento final de la historia, lo que le hayamos dado a Cristo en la tierra en la persona de los pobres, Él nos lo devolverá en el Cielo", sostuvo.
En ese sentido, pidió "que la intercesión de San Roque haga de este valle fértil un lugar de progreso para que podamos compartir el pan y para que podamos llevar el pan a la mesa como fruto de nuestro trabajo digno. Esa es la dignidad que se le debe a todo pueblo".
"Que la intercesión de San Roque nos haga tener gusto espiritual de ser pueblo cuando se tiene capacidad de andar juntos por el camino de la vida, buscando el bien común y privilegiando a los más pobres. ¡Eso es ser pueblo! Eso necesita nuestra Argentina, eso será hacer de la Argentina un pueblo. Caminar juntos con la posibilidad de participar todos, con la libertad de poder elegir consciente y responsablemente los caminos de presente y los del futuro", concluyó.
Al finalizar la misa, se llevó a cabo la tradicional procesión, guiada por el grupo parroquial de jóvenes, encabezada por diversas imágenes de santos patronos de pueblos y ciudades vecinas, y la imagen patronal de San Roque llevada por cadetes de la Policía de la provincia de Córdoba.
Decenas de miles de peregrinos caminaron las veinte cuadras de procesión hacia el santuario, donde al llegar, monseñor Araya bendijo a los presentes y se llevó a cabo un desfile de gauchos a caballo y espectáculos musicales.+
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