Los padres cuidan que sus hijos no salgan solos a la calle por los peligros que pueden encontrar allí indefensos, pero inexplicablemente los dejan salir solos e indefensos al mundo desde una pantalla informática, sin pensar en los peligros que para ellos se esconden en las redes sociales, dijo en resumen el arzobispo emérito de La Plata, Mons. Héctor Aguer, en su reflexión en el programa Claves para un Mundo Mejor, emitido el sábado 17 de agosto por Canal 9 TV.
Los padres cuidan de que sus hijos no salgan solos a la calle por los peligros con que se pueden encontrar allí indefensos, pero inexplicablemente los dejan salir solos e indefensos al mundo desde una pantalla informática, sin tener en cuenta los peligros que para ellos se esconden en las redes sociales, dijo en resumen el arzobispo emérito de La Plata,
monseñor Héctor Aguer, en su intervención en el programa Claves para un Mundo Mejor, emitido el sábado 17 de agosto por el Canal 9 de TV.
"Hoy el mundo de la informática parece invadirlo todo", comenzó diciendo monseñor Aguer. Uno está tentado de pensar que el mundo real se ha pasado al orden virtual y a mí lo que me maravilla sobre todo es la facilidad con la que los chicos manejan la informática. Pareciera que es una cosa genética, como que nacieron hoy y ya vienen preparados para eso. Es admirable su capacidad con el telefonito, con las tabletas o la computadora con los juegos en los que se solazan horas.".
El "grooming" o ciberacoso sexual
"A veces veo también que una cierta ingenuidad por parte de los chicos hace que se internen en un mundo en cierto modo peligroso. Quiero decir esto: hay degenerados que usan las redes y que se aprovechan de esa ingenuidad de los chicos. Hoy existe una conducta viciosa, horrenda, que se llama grooming [o ciberacoso sexual]. Este consiste en el hecho de que un degenerado a través de las redes sociales entabla conversación con un chico o con una chica, puede ser un niño o puede ser un adolescente, se hace pasar por otro cambiando de identidad como si fuera él un par de aquel con el cual se relaciona y comienza poco a poco, a medida que toma confianza, a pedirle cosas sobre todo de orden sexual, como que le dé fotos con desnudos u otras cosas. Es decir que se trata de un sistema de corrupción de menores y todavía no hay una legislación clara sobre esto pero existe una conciencia extendida de que algo hay que hacer".
Los padres no pueden desentenderse
"Los chicos han nacido así y van a seguir usando esos instrumentos y es bueno que lo hagan, pero esta historia del grooming me parece que supone también que los padres no pueden desentenderse de eso, no pueden darle simplemente ese juguetito para que el chico haga lo que quiera sin saber quién está introduciéndose allí".
"Esto tiene que ver -comentó monseñor Aguer- con la confianza que hay entre hijos y padres, entre padres e hijos, pero también deberíamos tener, no digo una morbosa vigilancia pero sí afectuosamente saber con quién se comunican los chicos. Una cosa es que se comuniquen con sus amiguitos o sus amigas y otra es que atiendan a esta gente que pide cosas que, lentamente, van convirtiéndose en delito. Este es, además, otro instrumento usado por los grupos que se dedican a la trata de personas".
"Lamentablemente estas cosas ocurren en el mundo y ocurren en la Argentina. Cada tanto se ve un título en los medios sobre un caso de grooming. Esto tiene que ser un aviso para que los papás, que están tranquilos porque el chico aprende a manejar estos medios y es bueno que lo haga y se divierta con ellos, no se desentiendan de con quién se contacta ese chico, sobre todo si es muy pequeño, porque hay gente muy depravada que usa esto".
"Uno puede pensar: ¿Cómo es posible? Y sí, es posible, así como antes se hacía por otros medios hoy se hace por estos. Ocurre en cualquier lugar del mundo y ocurre en nuestra Argentina. Pero es una advertencia para que las familias cumplan su verdadero papel de familia. Si los padres se desentienden de la vida de los chicos y los dejan allí librados a su suerte o a sus inquietudes eso puede ser muy peligroso. Uno no deja salir solos a los chicos a la calle pero los deja salir solos al mundo desde una pantalla informática".
Cuidar a los chicos que son el futuro
En la parte final de su columna editorial monseñor Aguer reflexionó: "Sin alarmar, sin asustar a nadie, los padres tienen que acercarse afectuosamente para enterarse qué hacen los chicos y con quiénes se vinculan a través de las redes sociales. No quiero alarmar a nadie pero creo que esto es una realidad y no podemos desentendernos de las cosas que existen porque esto, desgraciadamente, existe. Hay que cuidar mucho a los niños y a los adolescentes porque ellos son el futuro y tenemos que ayudarlos a que se formen bien, que se formen de un modo plenamente humano y también cristiano si son de familias cristianas".+