En una misa presidida por el obispo auxiliar de Merlo-Moreno, monseñor Oscar Miñarro, y concelebrada por el obispo diocesano, monseñor Fernando Maletti y por el obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez, el sábado 3 de agosto en la catedral Nuestra Señora del Rosario fueron ordenados sacerdotes los diáconos Renato Maizza y Marcos Villalba. En su homilía, recordó la importancia de "llevar consuelo a su pueblo" y de "vivir sirviendo".
En una misa celebrada el 3 de agosto en la catedral Nuestra Señora del Rosario, el obispo auxiliar de Merlo-Moreno,
monseñor Oscar Miñarro, ordenó sacerdotes a Renato Maizza y Marcos Villalba.
La Eucaristía fue concelebrada por el obispo diocesano,
monseñor Fernando Carlos Maletti y el obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez, y contó con la presencia de un gran número de fieles, entre quienes se encontraban familiares y amigos de los nuevos sacerdotes. En el caso de Marcos, su familia llegó desde el Paraguay para acompañarlo. La familia de Renato, por su parte, vino desde Italia para la ocasión.
En su homilía, monseñor Miñarro, luego de agradecer a Dios por los nuevos sacerdotes y a ellos por haber respondido al llamado del Señor, recordó los lemas elegidos por ambos neopresbíteros: "Me consagro por ellos" y "Consuelen a mi Pueblo"; que junto con las lecturas que han elegido, "nos invitan a pensar en el sentido con que han de vivir su ministerio presbiteral", aseguró.
"La primera lectura nos habla de la misión, del elegido; la segunda lectura y el Evangelio invitan a pensar en un estilo con el que van a vivir ese Ministerio", detalló el prelado. "En la voz del profeta Isaías, el Señor invita a sus elegidos a llevar consuelo a su Pueblo", recordó.
"La situación que vive el Pueblo de Dios en la época del segundo Isaías es grave y dolorosa: en el exilio, sin tierra, sin patria, casi sin futuro, el Señor invita que se les anuncie la esperanza que da la promesa del Señor de estar siempre cerca de su Pueblo. Que puedan vivir al Señor como un pastor que los lleva como ovejas pequeñas en sus brazos", continuó.
En ese sentido, dirigiéndose a Marcos y Renato, afirmó: "Están invitados a llevar el consuelo de Dios. A renovar la esperanza de nuestra gente, a estar cerca de los que sufren, de los que a veces sólo esperan en Dios, están invitados a compartir un mate en las casas, a visitar a los enfermos, a caminar junto a nuestra gente en las procesiones, por nuestras calles, y a hacer de nuestras comunidades ?casas? donde todos tengan un lugar para ser queridos, a compartir con nuestra gente la alegría que vivimos en las cosas sencillas"
"Nuestra gente, no pierde capacidad ni de lucha, ni de fiesta. Que su presencia en estos lugares sea un consuelo para toda nuestra gente", deseó.
Por otro lado, recordando las cartas de Pablo a los Corintios y Mateo, reiteró la invitación a "vivir sirviendo, sin primeros lugares, sin autoritarismos, sin creernos más, sin hacer uso de nuestros ministerios como si ellos nos dieran algún poder sobre las personas".
En ese sentido, recordó el llamado a "servir hasta dar la vida en rescate", y en particular, en este tiempo de la diócesis, "a caminar junto a nuestro pueblo, escuchando su voz, compartiendo su fe y anunciándoles el Reino", animó.
Finalmente, el obispo aconsejó a los nuevos sacerdotes: "Sean hombres de Dios"; "Tengan a María como Madre"; "Vivan fuerte la fraternidad sacerdotal"; "Vivan pobremente y entre los pobres"; "Vivan un ministerio fraterno y cercano con la gente". Y para terminar, advirtió: "No se olviden cada día, al cerrar su jornada, de pedir perdón, con mucha humildad, si hicieron algo malo, de dar gracias a Dios por los dones recibidos y, sobre todo, pedir al Señor que cada día puedan ser felices en el Ministerio que hoy reciben".+