Miles de devotos pasaron este sábado 27 de julio por la parroquia San Pantaleón, en el barrio porteño de Mataderos, para pedir y agradecer al santo protector de los enfermos, médicos, enfermeras y agentes sanitarios. La misa central fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli.
Miles de devotos pasaron este sábado 27 de julio por la parroquia San Pantaleón, en el barrio porteño de Mataderos, para pedir y agradecer al santo protector de los enfermos y los médicos.
Los sacerdotes del templo no dieron cifras de la cantidad de peregrinos, pero fueron muchas las personas que desfilaron por el lugar, en particular devotos de las comunidades boliviana y peruana.
Las patronales llevaron por lema "Felices los que rezamos a San Pantaleón por la salud, el trabajo y la paz".
La fiesta de fe comenzó en la madrugada con una serenata al santo y con la apertura de las puertas del templo de Monte 6869, que dio paso a un desfile incesante de peregrinos y promesantes.
Hubo varias misas durante la jornada. La celebración eucarística de las 11 fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires,
cardenal Mario Aurelio Poli, quien también bendijo y saludó a los peregrinos.
San Pantaleón vivió en el antiguo Imperio Romano, donde estudió medicina bajo la vigilancia de su padre, que era senador.
Cuando se desempeñaba como médico personal del emperador se convirtió al cristianismo, gracias a las enseñanzas de su madre y de un sacerdote anciano.
Según el santoral católico, Pantaleón fue acusado ante el soberano por haberse bautizado, fue preso y torturado, y como no renunció a su fe, fue decapitado cuando apenas tenía 23 años, en el año 303.
Una muestra de la sangre del santo se conserva en Ravello, Italia, donde en vísperas del 27 de julio se vuelve líquida, al igual que ocurre con otra ampolla que se preserva en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid.+