En el marco de los festejos por el 26º aniversario de la diócesis, y a poco más de seis años de ser ordenado obispo de San Carlos de Bariloche, monseñor Juan José Chaparro CMF, dialogó con el periódico "El Cordillerano" y compartió las reflexiones surgidas de su experiencia como pastor patagónico.
La diócesis de San Carlos de Bariloche celebró el 22 de julio su 26º aniversario. Con la ciudad cubierta de nieve, la comunidad católica se congregó en la tarde del lunes en la catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi para compartir la Eucaristía y hacer memoria agradecida por estos años compartidos.
En el marco de los festejos, el obispo diocesano,
monseñor Juan José Chaparro CMF, quien el 9 de julio celebró seis años desde que el papa Francisco lo nombró pastor de San Carlos de Bariloche, brindó una entrevista al periódico "El Cordillerano", en la que reflexionó sobre el comienzo, el presente y los proyectos de la diócesis.
Los comienzos
Monseñor Chaparro tomó conocimiento de la diócesis en sus comienzos, porque en ese entonces era superior de la congregación de los Misioneros Claretianos en la Argentina y el Uruguay. "Fuimos los que iniciamos la capilla San Francisco en la isla del Ñireco, siendo esa la primera posición en Bariloche".
Los claretianos ya estaban presentes en las localidades de Pilcaniyeu y Comallo, por lo que llevan más de cincuenta años en la región. "Como era de la congregación, venía a visitar a los obispos todos los años desde 1996, incluso había estado antes con grupos misioneros para trabajar en los barrios" recordó.
Luego de que monseñor Fernando Maletti fuera enviado a Buenos Aires, el papa Francisco nombró a monseñor Chaparro al frente de la Iglesia barilochense. "Siempre me tuvo un gran afecto ya que en mis tiempos en Buenos Aires había sido mi obispo, pero de todas maneras fue una grata sorpresa cuando me eligió. Al ser de una congregación de misioneros nunca había estado trabajando en un obispado y no sabía de qué se trataría mi tarea".
Una diócesis extensa y diversa
La diócesis cubre casi 80 mil kilómetros, comprendiendo en la provincia de Río Negro los departamentos de San Carlos de Bariloche, Ñorquinco, Pilcaniyeu, 25 de Mayo, 9 de Julio, y El Bolsón hasta Chubut. "Cuando en Roma menciono esto no lo pueden creer, aunque para nosotros es bastante común y tampoco somos una de las más grandes".
Para monseñor Chaparro, celebrar una misa en una capilla de campo o en una casa de familia es tan valioso como celebrarla en la catedral. En la última Semana Santa se acercó a compartir con los vecinos de Ñorquinco y Río Chico, lugares que continúa conociendo.
Reconociendo que la palabra invasión aún resuena entre los pueblos originarios de la patagonia, el prelado señaló: "Creemos que no todo ha sido invasión ni coloniaje, que se ha hecho un aporte desde la fe, que hubo también aceptación alegre de mucha gente, de una visión de la vida". De allí siempre han surgido grupos de personas que de manera desinteresada acompañan a quienes más lo necesitan.
"La nuestra fue una evangelización muy tardía comparada con el Norte, la Iglesia no es sólo una institución como estructura, hay un espíritu, la gente que sale, que está en los comedores, no lo hace por un sueldo. Toda la gente que tenemos alrededor lo hace porque lo siente".
"Ya lo dijo Jesús, no solo de pan vive el hombre aunque es necesario, cuando hablo de espiritualidad no lo digo de manera intelectual o doctrinal, lo digo como algo vital, de sentirte comunidad, vecino y hermano".
El obispo siempre cita que la fe es una bendición, un soporte, "no es una imposición sino una oferta, un ofrecimiento para ver la vida de otra manera". En momentos de fragilidad como las enfermedades es cuando la Fe se impone, "movilizar nuestras vidas para acompañar y estar con quien lo necesita, eso es la Fe y es vital".
La actualidad
En cuanto a las críticas que surgen en contra de la Iglesia, consideró: "Me parece que son reales y parte de nuestros límites, como los casos de abusos o cuando mencionan que hablamos de una espiritualidad sin compromiso".
En ese sentido, planteó: "¿Qué sector de la sociedad está libre de abusos? Tal como dijo Francisco, que una persona sea violentada por el poder, en su conciencia ya es un horror y se está trabajando mucho en cómo prevenirlos".
Por otra parte mencionó que también existen campañas organizadas "gente que sólo le interesa desprestigiar, por ejemplo contra el papa Francisco, de parte de los grandes intereses".
Respecto al futuro, aseguró: "Tengo metas que estamos fijando y estamos en búsqueda constante para mejorar. Sobre todo nos interesa ver cómo servir y enseñar el Evangelio para que sea acorde a estos tiempos y no algo impuesto ni estructurado". Es por eso que apunta a "que la Iglesia sea una manera de vivir con palabras pero siempre acompañado de gestos y con obras que perduren en el tiempo".
Cuando hay espíritu, aseguró, "se generan obras como Emaús, Betania, el Hogar de Cristo y tantos otros espacios abiertos al servicio de la comunidad". En ese sentido, enumeró: "Como Diócesis tenemos a disposición del gobierno cincuenta viviendas en El Bolsón y otras tantas en Maquinchao y tenemos la gente dispuesta para trabajar, nosotros no cobramos por ese trabajo, la disposición está y rendimos punto por punto de los aportes recibidos".
En referencia a la ciudad cabecera de la diócesis dijo: "Además de linda como es por su paisaje, me gustaría más comunicación, mayor preocupación de unos sectores por otros, un Bariloche donde haya posibilidad de vida para todos y con mayor justicia".
"No tenemos que esperar una crisis o un desastre para ser solidarios, creo que es posible mejorar como sociedad si todos ponemos algo de nuestra parte", concluyó.+