El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presidió el 6 de julio el tedeum por el 146º aniversario de la fundación de Córdoba en el convento de Santa Catalina, de la capital provincial, donde recordó que "sólo el servicio legitima la autoridad" y llamó a "desterrar resentimientos y rencores".
El arzobispo de Córdoba,
monseñor Carlos José Ñáñez, presidió el 6 de julio el tedeum por el 146º aniversario de la fundación de Córdoba en el convento de Santa Catalina, de la capital provincial, donde recordó que "sólo el servicio legitima la autoridad".
El servicio religioso contó con la presencia del intendente de Córdoba, Ramón Javier Mestre, su señora esposa, el presidente provisorio de la Legislatura de Córdoba, Oscar González, autoridades civiles y militares.
"A ejemplo de Jesús, que está entre los suyos como quien sirve, la actitud que es deseable tener no es la búsqueda de lugares de predominio, de poder o de prestigio, sino la del servicio generoso, desinteresado, abnegado. Sólo el servicio legitima la autoridad, nos ha recordado en más de una oportunidad el papa Francisco", señaló.
El prelado invitó a pedirle a Dios que "esa actitud de servicio resplandezca cada vez más entre nosotros", al recordar que "este año la ciudadanía está convocada a elegir las máximas autoridades de nuestra nación".
"Sería sumamente auspicioso ?estimó- que quienes se postulan a esos cargos lleguen a tener en cuenta estas máximas o recomendaciones evangélicas y que lleguen a comprometerse decididamente a concretarlas en el desempeño cotidiano de sus responsabilidades, si son elegidos".
"Es igualmente conveniente que las opciones de los electores se inspiren, a su vez, en el testimonio de quienes se postulan y en la seriedad y fidelidad de su compromiso para cumplir lo que han prometido", agregó.
El arzobispo cordobés invitó a pedir también por "todas las necesidades de nuestros conciudadanos, especialmente por aquellos que se ven probados por la falta de trabajo o por la precariedad del mismo, por la falta de salud o de educación, por las dificultades familiares y por tantas carencias que hacen difícil la existencia cotidiana".
"Que la providencia divina y la solidaridad fraterna, que es instrumento privilegiado de esa Providencia, alivien las situaciones más urgentes y apremiantes", subrayó.
"Pidamos también que la paz reine en los corazones de todos, que sepamos desterrar resentimientos y rencores que dan lugar a la inseguridad y a la violencia de todo tipo e impiden el cultivo de la amistad social y una convivencia verdaderamente digna, como la que seguramente soñaron los fundadores de esta ciudad", añadió.
Monseñor Ñáñez recordó que en este templo oraron en su momento "san José Gabriel Brochero, la beata María del Tránsito Cabanillas, la beata Catalina de María Rodríguez, el beato Enrique Angelelli y la venerable sor Leonor de Santa María".
"A ellos les pedimos que, junto a María Santísima, Nuestra Señora del Rosario del Milagro, intercedan por nuestra ciudad y nos alcancen de Dios Nuestro Señor, toda clase de bendiciones", concluyó.+
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