El Papa: Jesús no quiere "cristianos de fachada", sino testigos de vida nueva
- 29 de junio, 2019
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Ciudad del Vaticano
"Un testigo no es quien conoce la historia de Jesús, sino el que vive una historia de amor con Jesús", porque el testimonio nace del encuentro con Jesús vivo", dijo el papa Francisco hoy, 29 de junio, solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, en la homilía de la misa que celebró en la basílica de San Pedro, en la que bendijo los palios de los nuevos arzobispos metropolitanos que fueron nombrados en el último año.
"Un testigo no es quien conoce la historia de Jesús, sino el que vive una historia de amor con Jesús", porque el testimonio nace del encuentro con Jesús vivo", dijo el papa Francisco hoy, 29 de junio, solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, en la homilía de la misa que celebró en la basílica de San Pedro, en la que bendijo los palios de los nuevos arzobispos metropolitanos que fueron nombrados en el último año.
De acuerdo el reciente cambio en el rito de la imposición del palio, el Papa entregó los palios benditos a los arzobispos presentes en forma privada. Momento que fue después de la Misa, porque la imposición oficial será realizada por el Representante Pontificio en la respectiva sede metropolitana.
El Santo Padre centró su homilía destacando que los santos apóstoles Pedro y Pablo fueron "testigos de vida, testigos de perdón, testigos de Jesús"
"No se cansaron nunca de anunciar, de vivir en misioen, en camino, desde la tierra de Jesues hasta Roma. Aquie dieron testimonio de Eel, hasta el final, entregando su vida como maertires. Si vamos a las raieces de su testimonio, los descubrimos como testigos de vida, testigos de perdoen y testigos de Jesues", explicó el Papa.
En este sentido el pontífice, el Santo Padre explicó que "los que se creiean buenos, el Senñor no pudo hacer mucho" y explicó que "cuando nos consideramos mejores que los demaes, es el principio del fin. Porque el Senñor no hace milagros con quien se cree justo, sino con quien se reconoce necesitado".
"Eel no se siente atraiedo por nuestra capacidad, no es por esto que nos ama. Eel nos ama como somos y busca personas que no sean autosuficientes, sino que esteen dispuestas a abrirle sus corazones. Pedro y Pablo eran asie, transparentes ante Dios. Pedro se lo dijo a Jesues de inmediato: Soy un pecador".
Los santos apóstoles Pedro y Pablo comprendieron que "la santidad no consiste en enaltecerse, sino en abajarse, no se trata de un ascenso en la clasificacioen, sino de confiar cada diea la propia pobreza al Senñor, que hace grandes cosas con los humildes. ¿Cuael fue el secreto que los sostuvo en sus debilidades? El perdoen del Senñor", afirmó.
"Testigos de vida, testigos de perdoen, Pedro y Pablo son ante todo testigos de Jesues. Cristo, es decir el Mesieas. Es una palabra que no se refiere al pasado, sino al futuro: El Mesieas es el esperado, la novedad, el que trae al mundo la uncioen de Dios. Jesues no es el pasado, sino el presente y el futuro. No es un personaje lejano para recordar, sino Aquel a quien Pedro tutea: Tue eres el Cristo".
En este sentido, el Santo Padre animó a los fieles católicos a preguntarse: "¿Renuevo mi encuentro con Jesues todos los dieas?". Es posible que seamos personas que tienen curiosidad por Jesues, que nos interesemos por las cosas de la Iglesia o por las noticias religiosas; que abramos paeginas de internet y perioedicos, y hablemos de cuestiones sagradas. Pero de esta forma, nos quedamos solo al nivel de lo que la gente dice, de las encuestas, del pasado, de las estadiesticas. A Jesues esto le interesa poco. Eel no quiere ?reporteros? del espieritu, mucho menos cristianos de fachada o de estadiestica. Eel busca testigos, que le digan cada diea: Senñor, tue eres mi vida", animó.
Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
Asimismo, el Papa Francisco recordó que como cada 29 de junio y "seguen una hermosa tradicioen" en la celebración eucarística estaba presente una delegacioen del Patriarcado Ecumeenico de Constantinopla enviada por el patriarca Bartolomé a quienes "saludó con afecto". "Su presencia nos recuerda que tampoco podemos ahorrar esfuerzos en el camino hacia la unidad plena entre los creyentes, en una comunioen a todos los niveles. Porque juntos, reconciliados por Dios y perdonados mutuamente, estamos llamados a ser testigos de Jesues con nuestra vida", destacó el pontífice.
Al finalizar la misa, el Papa Francisco bajó a la tumba de San Pedro a rezar junto al arzobispo de Telmessos, su eminencia Job, quien guiaba la delegación de la Iglesia Ortodoxa y es el representante del Patriarcado Ecuménico ante el Consejo Ecuménico de las Iglesias y copresidente de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa.+