La Pastoral Social de la diócesis de San Justo inauguró el viernes 14 de junio el Centro Barrial San José Obrero de la Familia Grande Hogar de Cristo, ubicado en Villa Celina. Monseñor Eduardo García, obispo diocesano se hizo presente, y celebró la misa de inauguración en la que dijo a los presentes: "el amor de Dios, quiere cuidar la vida".
La Pastoral Social de la diócesis de San Justo inauguró el viernes 14 de junio el Centro Barrial San José Obrero de la Familia Grande Hogar de Cristo, ubicado en Villa Celina, en la avenida San Martín al 8000.
Monseñor Eduardo García, obispo de San Justo, celebró la misa de inauguración junto con una decena de sacerdotes y en presencia de las familias del barrio y anunció: "Que en este lugar se abra un Hogar de Cristo es signo de este amor de Dios, que quiere hacerse presente y que quiere cuidar la vida, que quiere ayudarla, que quiere hacerla que resplandezca verdaderamente".
Al citar la lectura de San Pablo, indicó: "Estamos atribulados nos sentimos mal, pero no estamos vencidos; estamos perseguidos, pero no estamos derrotados; sufrimos, pero no estamos aniquilados. Este ?pero? marca la diferencia".
Porque "hay un Dios que nos sostiene y un Jesús que nos ama profundamente y entregó su vida, hay alguien que cargó sobre sí los dolores del mundo, para que también nuestros dolores tuvieran una respuesta; hay alguien que quiere nuestra vida y la quiere bien, y por eso los sacrificios, los esfuerzos, las entregas valen la pena", sostuvo monseñor García
"Comienza en este lugar la experiencia de aceptar y recibir la vida como viene", apuntó y destacó: "viene la vida atribulada, viene herida, pero este lugar está para la vida maltratada". "Hay un Dios y hay hermanos que, en nombre suyo, aceptan la vida como viene, porque quieren darle una nueva posibilidad, una mirada de Dios que reconstituye todo".
"Queremos dar gracias porque hoy comienza este lugar, es un signo de que el amor de Dios, a través del corazón de los hermanos, se hace presente". En este sentido, citó a San José, nombre que lleva el nuevo centro barrial, como aquel "maestro" que cuidó y aceptó la vida como venía, "sin saber de dónde venía y sin entender, cuidó a ese niño que, para nosotros hoy es nuestra alegría, salvación y esperanza".+