El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, participó el fin de semana del 1 y 2 de junio del Encuentro Diocesano de Vida Consagrada, que se realizó en la Casa de las Hermanas de María Auxiliadora de Curuzú Cuatiá y contó con la participación de 25 religiosas y tuvo por lema "Entretejiendo miradas y cuidados para la vida en abundancia".
Unas 25 religiosas de la diócesis de Goya se reunieron el fin de semana del 1 y 2 de junio en un Encuentro Diocesano de Vida Consagrada en la Casa de las Hermanas de María Auxiliadora de Curuzú Cuatiá. El obispo diocesano,
monseñor Adolfo Ramón Canecín, participó y acompañó el encuentro.
Con el lema "Entretejiendo miradas y cuidados para la vida en abundancia", que coincide con el lema para la vida consagrada de la Región NEA, se reunieron para reflexionar y compartir unos días en comunidad. Además, se dio la bienvenida a las nuevas integrantes de cada comunidad.
La primera oración con el título: "No se puede acabar la fiesta ya es la hora", les permitió acercarse al Icono de la Bodas de Caná. Durante el sábado, se compartió el caminar de la Vida Religiosa en la región y se estudió el material que se tratará en la Asamblea del NEA sobre las adicciones.
"Es un tema que preocupa y nos invita a no quedarnos de brazos cruzados y a trabajar en red, porque solos no podemos", destacó la hermana Graciela Firpo, de la Congregación de las Hermanas Auxiliares Parroquiales de Santa María. Además, definió el encuentro como "fraterno, orante, festivo y alentador".
Monseñor Canecín acompañó y alentó a las consagradas a continuar abrazando con amor "esta vocación en respuesta a la invitación especial de Dios, bajo una moción del Espíritu Santo", porque ellas se "propusieron seguir más de cerca a Cristo, entregarse a Dios por encima de todo y procurar que toda su vida esté al servicio del Reino".
También estuvieron presentes los padres salesianos de Curuzú Cuatiá, quienes acompañaron la celebración eucarística, en la que se agradeció a Dios por los aniversarios de votos de las religiosas y por las consagradas que están enfermas.
Durante el cierre el obispo compartió con las religiosas sus experiencias en Roma en la visita ad limina apostolaum, particularmente lo relacionado con vida consagrada.+