El Papa encomienda a la Virgen María la protección del pueblo rumano
- 3 de junio, 2019
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Bucarest (Rumania) (AICA)
"Que la Virgen María haga extensiva su protección materna a todos los ciudadanos de Rumania que a lo largo de la historia han confiado siempre en su intercesión, y los guíe en el camino de la fe, para avanzar hacia un futuro de auténtico progreso y de paz, y para contribuir en la construcción de una patria cada vez más justa y fraterna", pidió el papa Francisco antes del rezo del Regina Coeli, al final de la Divina Liturgia, celebrada en el Campo de la Libertad de Blaj, en Transilvania, durante la cual beatificó a los siete obispos rumanos mártires.
Antes de concluir la Divina Liturgia, celebrada en el Campo de la Libertad de Blaj, en Transilvania, ante unas cien mil personas, durante la que beatificó a los siete obispos rumanos mártires del régimen comunista, el papa Francisco saludó una vez más a los que están aquí presentes y a los que he encontrado durante estos días, asimismo agradezco a todos la cordial acogida". Francisco saludó al presidente de la República y a las demás autoridades, manifestándoles "un sincero agradecimiento" por su "fructuosa colaboración" en la preparación y el desarrollo de su visita.
También afirmó que estaba agradecido a su beatitud el Patriarca Daniel, al Santo Sínodo, al clero y a los fieles de la Iglesia Ortodoxa de Rumania, que lo recibieron fraternalmente. "Que el Señor bendiga esta antigua e ilustre Iglesia y la sostenga en su misión".
El obispo de Roma aprovechó esta oportunidad para dirigir su saludo "lleno de afecto y de gratitud al cardenal Lucian Mureşan"; a los fieles de la Iglesia Católica, a los obispos, sacerdotes, religiosos y a los fieles laicos de Bucarest y de Iaşi, así como a los numerosos pelegrinos de Şumuleu Ciuc. Y dio gracias al Señor por haberle dado la posibilidad de rezar con todos ellos y animar su "empeño en la evangelización y en el testimonio de la caridad".
Además, Francisco en Blaj, "tierra de martirio, libertad y misericordia", rindió homenaje a los hijos de la Iglesia Greco-Católica, que desde hace tres siglos testimonian "con ardor apostólico" su fe. Y pidió que "la Virgen María haga extensiva su protección materna a todos los ciudadanos de Rumania que a lo largo de la historia han confiado siempre en su intercesión". A Ella los encomendó a todos y le pidió "que los guíe en el camino de la fe, para avanzar hacia un futuro de auténtico progreso y de paz, y para contribuir en la construcción de una patria cada vez más justa y fraterna". +