Con el lema "¿Qué me queda por hacer?", la Junta Regional Católica de la diócesis de San Isidro realizó la Misa del Joven el pasado martes 23 de mayo, que convocó a más de 2.000 jóvenes alumnos de 45 colegios diocesanos, que cursan el último año de la escuela secundaria.
Con el lema "¿Qué me queda por hacer?", la Junta Regional Católica de la diócesis de San Isidro realizó en las instalaciones del colegio Carmen Arriola de Marín, la Misa del Joven el pasado martes 23 de mayo, que convocó a más de 2.000 jóvenes alumnos de 45 colegios diocesanos, que cursan el último año de la escuela secundaria.
La misa fue presidida por el presbítero Mariano Caracciolo, vicario general del obispado de San Isidro, acompañado por una decena de sacerdotes, capellanes de los distintos colegios de la diócesis. El sacerdote les propuso a los jóvenes a poner su vida en manos de Jesús, que los invita a ser felices.
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Como gesto simbólico un alumno de cada colegio ofreció su buzo de egresado a los pies del altar para poner en manos de Jesús la vida de cada uno de sus compañeros y dar gracias por el camino recorrido en sus años de colegio.
"Este encuentro constituye un paso más en el camino que están transitando los chicos y chicas del último año de la escuela que comparten la experiencia común de estar terminando una etapa y comenzando otra. Y hacerlo en el marco de la misa quiere ser expresión también de la fe recibida en los colegios que los formó en la vida cristiana durante todos estos años".
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