En conmemoración por el 209º aniversario del 25 de mayo de 1810, el arzobispo de Resistencia, monseñor Ramón Dus, presidió el tedeum en la catedral diocesana San Fernando Rey, acompañado por el párroco local, presbítero Alberto Fogar. En su homilía, el prelado definió a la jornada como un momento "para orar y reflexionar sobre nuestra presencia y responsabilidad social".
En conmemoración por el 209º aniversario del 25 de mayo de 1810, el arzobispo de Resistencia,
monseñor Ramón Dus, presidió el tedeum en la catedral diocesana San Fernando Rey, acompañado por el párroco local, presbítero Alberto Fogar.
Estuvieron presentes en la celebración el intendente de Resistencia, Jorge Milton Capitanich, el presidente del consejo municipal, Gustavo Martínez, funcionarios municipales, representantes del gobierno provincial y del poder legislativo, y pastores de las iglesias evangélicas.
En su homilía, el prelado definió a la jornada como un momento "para orar y reflexionar sobre nuestra presencia y responsabilidad social", tomando la encíclica del papa Francisco Laudato si´, y la última exhortación apostólica, Christut vivit. En este sentido, se refirió a los jóvenes, quienes tienen un "compromiso social, iniciativas de voluntariado, ciudadanía activa y solidaridad social", como rasgo específico de esta generación.
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Asimismo, mencionó las reacciones del joven "frente a un mundo tan lleno de violencia y egoísmo", que "corren el riesgo de encerrarse en pequeños grupos que se convierten en una prolongación de su yo". Pero afirmó que "la vocación del ser humano nos parece, ante todo, una vocación al amor de la familia, al amor social y a su dimensión política".
El arzobispo de Resistencia definió la "palabra de bendición", como aquella "que emerge, es la de ir más allá de los grupos de amigos y construir la amistad social, buscar el bien común. La enemistad social destruye, una familia se destruye por la enemistad, un país se destruye por la enemistad".
Luego se refirió a "los momentos difíciles", en relación a la política, "cuando se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación" y esto hacer olvidar "que ´el tiempo es superior al espacio´, que siempre somos más fecundos cuando nos preocupamos por generar procesos más que por dominar espacios de poder", indicó monseñor Dus.
"Nuestra esperanza y nuestra oración es que una sana política retome su lugar preponderante; una política capaz de reformar las instituciones, coordinarlas de mejores prácticas, que permitan superar presiones e inercias viciosas".
Al concluir afirmó que "nos necesitamos unos a otros", porque "tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo", porque "vale la pena ser buenos y honestos", declaró. "Hoy también estamos llamados a ser protagonistas de un cambio. Constructores del futuro, para comprometernos en el trabajo por nuestra nación".+