El Papa a los periodistas: "Ofrezcan el buen pan de la verdad"
- 20 de mayo, 2019
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Ciudad del Vaticano
"El de ustedes es un trabajo precioso porque contribuye a la búsqueda de la verdad, y sólo la verdad nos hace libres", dijo el papa Francisco a los miembros de la Asociación de Prensa Extranjera en Italia a los que recibió el sábado 18 de mayo y dirigió un discurso en el que agradeció su labor y los exhortó a trabajar "según la verdad y la justicia".
El Santo Padre expresó la estima por el trabajo que realizan y enfatizó que "en la Iglesia siempre encontrarán la justa estima por su trabajo y el reconocimiento de la libertad de prensa". "Incluso cuando ponen el dedo en la llaga, y quizás la llaga está en la comunidad eclesial. El de ustedes es un trabajo precioso porque contribuye a la búsqueda de la verdad, y sólo la verdad nos hace libres" subrayó Francisco.
Recordando las palabras de su predecesor, Benedicto XVI, afirmó: "A veces los medios de comunicación tienden a hacernos sentir siempre ?espectadores?, como si el mal sólo afectara a otros, y ciertas cosas nunca nos podrían pasar". En cambio, todos somos "actores" y, para bien o para mal, nuestro comportamiento influye en los demás". Y añadió: "Por eso los exhorto a que trabajen según la verdad y la justicia, para que la comunicación sea verdaderamente un instrumento para construir, no para destruir; para encontrarnos, no para chocar; para dialogar, no para monologar; para orientar, no para desorientar; para comprender, no para incomprender; para caminar en paz, no para sembrar odio; para dar voz a los que no la tienen; para dar voz, no para ser un megáfono a los que gritan más fuerte".
El Papa recordó que la humildad ha sido considerada una virtud para la vida espiritual, sin embargo, puede ser un elemento fundamental de la profesión periodística. Incluso, algunos pueden pensar más en otras virtudes, consideró el Papa, como "profesionalidad, competencia, memoria histórica, curiosidad, capacidad de escribir, capacidad de investigar y de hacer las preguntas correctas, rapidez de síntesis, capacidad de hacer comprensible al público en general lo que sucede".
"Los periodistas humildes no son mediocres, sino más bien conscientes de que a través de un artículo, un tweet, una televisión o una radio en directo se puede hacer el bien, pero también, si no se es cuidadoso y escrupuloso, el mal se hace a los demás y a veces a comunidades enteras". "La humildad de no saber todo primero es lo que mueve la investigación. La presunción de que ya lo sabe todo es lo que la bloquea".
Informaciones falsas
"La información falsa -dijo el Papa a continuación- puede extenderse hasta el punto de parecer auténtica. Por esta razón, los periodistas siempre deben considerar el poder de la herramienta a su disposición, y resistir la tentación de publicar noticias que no han sido suficientemente verificadas".
"La humildad nos hace acercarnos a la realidad y a los demás con una actitud de comprensión", añadió. Después, el Papa enumeró algunas actitudes que el periodista debe cultivar: no alimentar los eslóganes, "que, en lugar de poner en marcha el pensamiento, lo anulan"; no crear estereotipos; no se conforma con representaciones cómodas que retratan a "los individuos como si fueran capaces de resolver todos los problemas, o por el contrario como chivos expiatorios, sobre los que descargar toda la responsabilidad".
Las palabras hostiles se convirtieron en un hábito
El Papa llamó la atención a los periodistas extranjeros a no dejarse seducir por las redes sociales. "En una época de demasiadas palabras hostiles, en la que decir cosas malas sobre los demás se ha convertido en un hábito para muchos, junto con el de clasificar a las personas, debemos recordar siempre que cada persona tiene su dignidad intangible, que nunca se le puede quitar. En un momento en que mucha gente está difundiendo noticias falsas, la humildad te impide vender el alimento dañado de la desinformación y te invita a ofrecer el buen pan de la verdad".
El periodista humilde es un periodista libre
El periodista humilde es un periodista libre. Libre de condicionamientos. Libre de prejuicios, y por eso valiente. ¡La libertad requiere coraje!, enfatizó el Papa.
En este contexto, Francisco recordó los muchos periodistas asesinados por realizar su labor en todo el mundo y añadió: "La libertad de prensa y de expresión es un indicador importante del estado de salud de un país. Necesitamos un periodismo libre, al servicio de lo verdadero, lo bueno, lo justo; un periodismo que ayude a construir la cultura del encuentro. Necesitamos periodistas que estén del lado de las víctimas, del lado de los perseguidos, del lado de los excluidos, de los descartados, de los discriminados".
Periodismo como memoria
El Papa subrayó el importante papel del periodismo como memoria. Por eso, afirma, "nos ayudan a no olvidar las vidas que acaban de nacer, que se extinguen por el hambre, las penurias, la falta de cuidados, las guerras; las vidas de los niños soldados, las vidas de los niños violados. Ayúdennos a no olvidar a tantas mujeres y hombres perseguidos por su fe o su etnia, discriminados, víctimas de la violencia y de la trata de seres humanos. Ayúdennos a no olvidar que los que se ven obligados -por desastres, guerras, terrorismo, hambre y sed- a abandonar su tierra. No son un número, sino un rostro, una historia, un deseo de felicidad".
Decir lo bueno, dar esperanza
Para el Papa, "el periodista humilde y libre trata de decir lo bueno, aunque más a menudo es el mal el que hace las noticias". Y añadió: "Por favor, sigan contando esa parte de la realidad que gracias a Dios sigue siendo la más extendida: la realidad de los que no ceden a la indiferencia, de los que no huyen ante la injusticia, sino que construyen con paciencia y en silencio. Hay un océano sumergido de bien que merece ser conocido y que da fuerza a nuestra esperanza. Las mujeres están muy atentas en esta historia de la vida, y veo con placer que en su asociación se reconoce plenamente la contribución de las mujeres".
Francisco concluyó su discurso afirmando: "Aprecio el compromiso con el que llevan a cabo su trabajo, que, vivido con espíritu de servicio, se convierte en una misión. Durante mis viajes apostólicos, puedo ver el esfuerzo que implica. Además, viven lejos de sus países de origen y se encuentran con el país en el que trabajan, sabiendo cómo captar sus aspectos positivos y negativos. Los invito a ser un espejo que sepa reflejar la esperanza. Y deseo que sean mujeres y hombres humildes y libres, que son los que dejan una buena huella en la historia". +