Con una misa presidida por el obispo auxiliar de Santiago del Estero, monseñor Enrique Martínez Ossola, la comunidad de Chamical se reunió para agradecer a Dios con alegría y emoción por la beatificación de Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville.
La comunidad de Chamical se congregó esta noche para celebrar la tercera misa de acción de gracias por la beatificación de los Mártires Riojanos. En esta ocasión, la Eucaristía estuvo presidida por el obispo auxiliar de Santiago del Estero,
monseñor Enrique Martínez Ossola, y estuvo dedicada a dar las gracias por los beatos Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville.
La misa tuvo lugar en el atrio de la parroquia El Salvador, que albergó a los nuevos beatos durante su paso por Chamical. Allí se encuentran los restos de los dos mártires, y los fieles pueden acercarse a tomar gracia. Además, junto al templo se encuentra el museo "Sala de la Memoria" donde se exhiben las pertenencias de Carlos y Gabriel.
Al igual que ocurriera en la ceremonia central y como se repitió en la misa de acción de gracias en Sañogasta y Punta de los Llanos, los familiares de los mártires ingresaron al inicio de la celebración portando las reliquias. Durante la celebración, monseñor Martínez Ossola usó el báculo pastoral de monseñor Angelelli. Concelebró la Eucaristía fray Marco Tasca, ministro general de la orden de los Frailes menores conventuales, a la que perteneció fray Carlos de Dios Murias.
En su homilía, pronunciada en italiano y traducida para la comunidad presente, fray Tasca dejó un emotivo mensaje a los presentes evocando la figura de los mártires.
En referencia a ellos, expresó: "Estamos aquí en estos días para rendir honor a estos cuatro hermanos que rindieron honor a nuestro Señor. Esta noche estamos aquí en un modo particular para agradecer por Gabriel y Carlos".
Haciendo hincapié en las palabras de Jesús en el Evangelio, fray Marco destacó: "En el Evangelio hemos escuchado que Jesús se presenta a Tomás con todas sus heridas abiertas, incluso después de la resurrección. Jesús no se presenta con todo ya curado, perfecto. Se presenta herido y dice claramente que la resurrección no cura todas las heridas. Quiere decir que todos los días estamos llamados a recoger la cruz que la vida nos pone adelante, y a cargarla como el Señor Jesús nos ha enseñado", reflexionó
Y relacionando el relato evangélico con la historia de los beatos riojanos, continuó: "Pensando específicamente en Gabriel y Carlos, el cristiano no da testimonio de la propia fe exhibiéndose en una vitrina, no quiere hacerse ver. Pero el testimonio implica el ser visto. Son las multitudes las que siguen a Jesús, Él no organiza convocatorias para que todos vengan".
En recuerdo de los venerables siervos de Dios, el sacerdote afirmó que "muchas veces nosotros pensamos, y tal vez sea verdad, que vivimos en un mundo de muchas contradicciones, y parece que el mal asfixia nuestro mundo. Lo que nos enseñan nuestros mártires es que el único modo de parar el mal es perdonando. Es encender una pequeña vela en la noche, eso es lo que le pedimos a nuestros mártires, ser una vela en la oscuridad".
"En estos dos días hemos narrado una gran historia: la historia de una Iglesia, de un pueblo, que tiene un rostro concreto en estos cuatro mártires. Por lo tanto tenemos una gran historia para contar. Una historia bella, llena de emociones, por lo tanto tenemos una gran historia por descubrir. Que nuestros mártires nos enseñen que todos estamos llamados a construir una gran historia", concluyó.+