Mons. Lozano: Jesús, un donante de vida nueva
- 14 de abril, 2019
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San Juan
El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, consideró que la Semana Santa es una oportunidad para dedicar un tiempo a la oración y la espiritualidad, y para renovarse en la fe, pedir perdón por los pecados y pedirle a Dios "no desviarse del camino del Evangelio".
"A algunas personas les identificamos por la tarea que realizan, por su oficio: gasista, plomero, chofer, médico, etc. A otros por lo que hacen o harán por mí: quien me trajo algo perdido, quien me vendió un auto, regaló un disco, o donó sangre para una cirugía mía o de un familiar", planteó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano.
"¿Y a Jesús? ¿Cómo lo ubicaríamos?", preguntó en su columna semanal, y esbozó una respuesta: "Pienso que como aquel que me ama hasta dar la vida por mí. Es como si dijera que es un donante de vida nueva. Él está aquí. No hay que seguir buscando porque Él vino a nosotros. No hace falta seguir esperando, porque se encuentra en medio nuestro".
Tras plantear el interrogante: ¿qué quiere? ¿qué pretende?, aseguró: "Que nos abramos a su amor de entrega generosa. Quiere decirnos que muere de amor por vos, por mí, por la humanidad".
El prelado afirmó que este Domingo de Ramos, al participar de las celebraciones y levantar los ramos lo que se hace es "proclamar la fe en que Cristo es el único Salvador (tuyo, mío, de todos), el que me ama hasta dar la vida y resucita en vida nueva".
Y explicó: "Por eso la celebración oscila entre sentimientos de alegría y alabanza, hasta tristeza y dolor al proclamar la Pasión, siempre abiertos a la esperanza".]
El arzobispo sanjuanino destacó que "llevar ramos benditos a los vecinos o familiares enfermos es un gesto misionero que nos hace compartir con otros esta evocación del momento celebrativo de la comunidad cristiana".
"Estamos en las puertas de la Semana Santa. Vamos a celebrar los momentos culminantes de la obra redentora de Jesucristo. Cada año hacemos memoria y actualización. No es una simple teatralización de acontecimientos del pasado. Es revivir el amor de Dios por su Pueblo, amor que no caduca, no tiene fecha de vencimiento", diferenció.
"Si te vas afuera de tu casa dedicale un tiempo a la oración y participación en las celebraciones. Si recibís visitas en casa, tomate igualmente un tiempo con Jesús, tu buen amigo que quiere lograr mayor espacio en tu interioridad", pidió.
Monseñor Lozano animó a aprovechar para "regalarte un tiempo de oración y espiritualidad tan necesarios para mirar la vida desde el amor de Jesús. La alegría de tener más tiempo de descanso y familia no nos debería distraer de la oportunidad de renovarnos en la fe".
"En varias parroquias se realizan celebraciones penitenciales. Aprovechá para confesarte, y si no podés hacerlo, pedí perdón por tus pecados y pedile a Dios la gracia de no desviarte del camino del Evangelio.
Acordate, aquí está el que te ama", concluyó.+