En su homilía para el Domingo de Ramos, este 14 de abril, monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, recordó la entrada triunfal del Señor en Jerusalén y la alegría del pueblo al recibirlo: "Hoy, nosotros, repitiendo ese mismo gesto también le damos la bienvenida a Jesús como salvador en nuestro castillo interior, en nuestro corazón, en nuestra vida", expresó.
Llegado el Domingo de Ramos, este 14 de abril,
monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, predicó en su homilía recordando la entrada triunfal del Señor en Jerusalén y la alegría del pueblo al recibirlo.
"Hoy, nosotros, repitiendo ese mismo gesto también le damos la bienvenida a Jesús como salvador en nuestro castillo interior, en nuestro corazón, en nuestra vida", expresó el prelado al comenzar.
Mostró a la comunidad de San Martín cómo "nuestro Rey se nos acerca muy sencillo y humilde. Por eso no nos exige grandes cosas para recibirlo. Es decir, cualquiera, más allá de la condición en que se encuentre, puede recibirlo con alegría".
Luego recordó la última cena, que recordaremos en el Jueves Santo, en la que Jesús dice a cada uno: "¡Yo te amé siempre, y te amo y te amaré por siempre! ¡Por eso, te lavo los pies y con mi sangre purifico tus pecados, hago contigo una nueva y eterna alianza de amor sellándola con mi sangre y te alimento con mi cuerpo convertido en pan!". En este sentido, resaltó que este "consuelo que te fortalecerá para caminar en la vida", e incentivó a "aceptar la invitación del Señor".
Sobre el Viernes Santo, mencionó que "Jesús perdona nuestros pecados sufriendo tanto que paga con su vida, a cambio de nuestra muerte merecida por nuestros pecados". Por eso invitó a pedir perdón al Señor por los pecados "especialmente a través del Sacramento de la Confesión".
"Al mirarlo crucificado, pídele también la gracia de reconocerlo y confesar tu fe en Él como tu salvador y el de todos los hombres. El viernes santo es un día en el que acompañamos a Jesús crucificado por nosotros, con sentimientos encontrados: ?doloridos? por su muerte inocente y por nuestros pecados y, a la vez, ?conmovidos? y ?agradecidos? por su inmenso amor".
Se detuvo en el sábado recreándolo como "un día de silencio interior activo", "día de mucha esperanza para todos los hombres". Finalmente, manifestó "el domingo de ramos, es un día de gran invitación de parte del Señor para hacernos participar en su Pascua. ¡No dejes de confirmar tu presencia en estos tres días porque para el Señor eres la razón de su venida y de su Pascua!".+