Con el título "Dio la vida por nosotros", el obispo de San Nicolás de los Arroyos, monseñor Hugo Santiago, reflexionó sobre el Evangelio de este Domingo de Ramos en que se recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén.
En el marco de la celebración del Domingo de Ramos, el obispo de San Nicolás de los Arroyos,
monseñor Hugo Santiago, compartió con los fieles sus reflexiones sobre el Evangelio.
"En este domingo bendecimos los ramos de olivo que llevamos a nuestras casas recordando y celebrando la entrada de Jesús en Jerusalén como un Rey humilde. La gente lo aclama al modo como en aquellos tiempos se aclamaba a los reyes; con ramos de olivo. Luego vendrá la pasión de Cristo: lo apresarán, lo juzgarán, lo acusarán injustamente e inocente morirá para rescatarnos de nuestros pecados, de nuestras maldades, y sobre todo, de la muerte", recordó el obispo.
"En el juicio, Pilato le preguntará: ?¿Tú eres Rey?? Y Jesús le responderá: ?Tú lo has dicho, yo soy Rey, pero mi Reino no es de este mundo?. Su reino no tiene la modalidad que a menudo asumen quienes nos gobiernan desde el dominio, haciéndolo por dinero y buscando el propio placer. El reinado de Jesús, desde la Resurrección, consistirá en el poder del amor que cambia nuestro corazón de piedra en un corazón de carne, como el de Él, capaz de amar hasta dar la vida por los amigos y por todos", reflexionó.
"Por eso el reino de Jesús y de quienes pertenecen a Él, consiste en la opción por el servicio desinteresado, en lugar del servicio que se hace por interés o en el hacerse servir. Jesús, por su muerte y resurrección, infunde en lo profundo de cada bautizado la alegría de servir", afirmó.
"La alegría es como el beso de Dios, como el beso de un padre que nos dice: ?tomaste el modo de vivir acertado, ese modo te dará alegría y edificará a los demás?. El pensar en sí mismo, el buscar el propio interés egoísta, es como querer atrapar vientos y nos deja solos", advirtió.
"Por eso, en el Domingo de Ramos, Jesús nos llama a elegir el camino del servicio desinteresado, del servicio por amor como camino de felicidad; nos llama a despertar y a vivir de manera verdaderamente humana, creando dignidad; como dice un viejo aforismo: ?Yo dormía y soñaba que la vida era alegría; desperté y vi que la vida era servicio; serví y vi que el servicio era alegría?", señaló.
Citando a san Juan de la Cruz, monseñor Santiago expresó: "En el atardecer de la vida te juzgarán por el amor", y concluyó: "Es paradójico pero es verdad; a medida que pasan los años sólo nos va quedando lo que dimos; la alegría de haber servido por amor; de haber servido a la verdad, a la justicia, al bien común; la alegría de haber entregado la vida por otros, de habernos sacrificado para que otros se realicen; nuestros hijos, nuestros amigos, nuestros padres, en fin, aquellos que Dios puso en el camino de nuestra vida".
"En el Domingo de Ramos celebramos la vida de Jesús, el Hijo de Dios, que se entregó por nosotros para que seamos felices asumiendo espontáneamente, libremente, su mismo estilo. Hay una frase evangélica que resume perfectamente el estilo de Jesús, camino, verdad y vida: ?Pasó haciendo el bien?, hasta el final, hasta las últimas consecuencias. Eso celebramos los cristianos en el Domingo de Ramos", sostuvo.