En declaraciones al portal de noticias Digital Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini, obispo de Santo Tomé, habló sobre el año jubilar que está viviendo la diócesis, al cumplirse 40 años de su fundación, en 1979, cuya celebración será el próximo 5 de octubre con los obispos de la región y el nuncio apostólico. Además, explicó a la comunidad la importancia de los movimientos de los sacerdotes en la diócesis.
El obispo de Santo Tomé,
monseñor Gustavo Montini, brindó una entrevista al portal de noticias Digital Santo Tomé en la que habló sobre el año jubilar que está viviendo la diócesis, al cumplirse 40 años de su fundación, en 1979. Además, explicó a la comunidad la importancia de los movimientos de los sacerdotes en la diócesis.
"Estamos viviendo lo que en la Iglesia se conoce como un año jubilar", expresó el prelado y lo describió como un año donde fundamentalmente se estriban tres conceptos: la memoria, la gratitud, y la presencia en la comunidad cristiana.
En primer lugar señaló que "hay que hacer memoria de lo que hemos recibido, del trabajo en todas las comunidades de la diócesis, y eso tiene que generar en nosotros una inmensa gratitud porque la fe ha llegado a nosotros, incluso, en el caso de Santo Tomé fue fundado en el siglo XVII con una presencia de la Iglesia muy determinante, y esto tiene que ayudarnos a tener conciencia de que Dios está, aunque los vientos vengan un poco en contra, y de algunas tormentas, Dios está".
Luego añadió: "La Iglesia tiene 2000 años de historia y ha pasado un poco de todo. Esto nos proyecta al futuro como anunciadores, como profetas, de un estilo de vida, de un Evangelio que significa Buena Noticia". "Es un momento para hacer memoria, para agradecer, tomar conciencia, y lanzarnos como comunidad cristiana", enfatizó.
Cabe destacar, que la diócesis de Santo Tomé fue fundada en 1979 con un contexto social, cultural y político distinto, el contexto actual es diverso.
Monseñor Montini aprovechó el espacio para anunciar que en el marco del año jubilar, el próximo 5 de octubre habrá una celebración especial con la presencia de los obispos de la región y del nuncio apostólico, monseñor Léon Kalenga Badikebele.
"La diócesis de Santo Tomé es extensa: tiene 30 mil kilómetros cuadrados, y casi 230 mil habitantes", describió el obispo, indicando que su tarea es "velar por el bien de todas las comunidades y de todos los pueblos". De este modo, explicó a los lectores de Digital Santo Tomé que los párrocos son los que "lo representan", y es importante que "vayan cambiando", como lo indica la normativa de la Iglesia.
En este sentido mencionó: "Los cambios significan renovación, y cada párroco le va dando una impronta personal porque el sacerdocio de Cristo es un sacerdocio tan rico que todos los pastores tenemos la posibilidad de darle un poco de nosotros, y por eso es bueno que cada tanto haya una variación para darle otro enfoque de sacerdocio a la comunidad. Yo particularmente creo que la presencia del Padre Montenegro le va hacer mucho bien a Santo Tomé".+