En el segundo domingo de Cuaresma, el pasado 17 de marzo, monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, reflexionó en torno al relato evangélico de la Transfiguración del Señor, el que definió como una "teofanía", es decir, de un relato de "manifestación del poder y la gloria de Dios". A la luz de la Palabra, propuso tres palabras "para meditar y orar": lugar, memoria, escuchar.
"Jesús lleva consigo a Pedro, Santiago y Juan y les hace experimentar de forma anticipada su gloria como Dios antes de su resurrección. Intenta así fortalecerlos en la fe para que la Pasión y la Cruz no los escandalice, ni los aparte del camino y del discipulado", dijo
monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, al comenzar su reflexión para el segundo domingo de Cuaresma, el pasado 17 de marzo.
De este modo, a la luz de la Palabra, propuso sus habituales tres puntitos "para meditar y orar", sintetizados en tres palabras: lugar, memoria, escuchar.
Mi ?lugar? entre el monte de la Transfiguración y el valle del Getsemaní
"La Transfiguración es el momento luminoso de la experiencia de la gloria de Dios en nuestra vida", explicó en el primer punto monseñor Mestre. Esta afirmación confirma que "la fe es firme" y nos permite experimentar "que Dios está con nosotros, nos ama y nos protege". Por otro lado, el valle de Getsemaní representa la experiencia contraria: "asoma la duda, se hace presente la angustia de muerte, la sequedad, la aridez, el abandono, la aparente ausencia de Dios", indicó el prelado. Porque la vida se trata de esto: "experiencias de transfiguración y de Getsemaní, son como dos lugares que reflejan dos realidades".
Tener ?memoria? agradecida de las experiencias de transfiguración
En el segundo punto, el obispo de Mar del Plata invitó a "mirar el pasado más lejano y también el más inmediato y hacer memoria agradecida de los momentos de transfiguración que el Señor nos ha regalado". Con esto, señaló la importancia de evocar los momentos de claridad "donde se tienen las fuerzas espirituales necesarias para encarar con decisión los pequeños o grandes desafíos de la vida". Este gesto debe hacerse para agradecer a Dios y, además, para "nutrirnos" y "cargar las pilas", y así poder encarar los momentos de cruz.
Nosotros también debemos ?escuchar? hoy la voz del Hijo
En relato de la transfiguración de Jesús, "el Padre que nos invita a escuchar al Hijo", manifestó el obispo, y lo señaló como parte fundamental del pasaje evangélico. En tiempo de Cuaresma, también debemos "escuchar la voz de Jesús que se dirige de forma personal y directa a nuestro corazón", aconsejó.+