En este tiempo de Cuaresma ahondemos en nuestra certeza de que somos hermanos, de que convivimos en un mismo suelo, actuamos bajo un mismo cielo y transitamos una misma historia, expresó en síntesis el obispo castrense, Mons. Santiago Olivera, en una carta cuaresmal enviada a la familia militar argentina.
En este tiempo de Cuaresma ahondemos en nuestra certeza de que somos hermanos, de que convivimos en un mismo suelo, actuamos bajo un mismo cielo y transitamos una misma historia, expresó en síntesis el obispo castrense,
Mons. Santiago Olivera, en una carta cuaresmal enviada a la familia militar argentina.
En su misiva, el obispo castrense señala a sus "hermanos sacerdotes, a los diáconos y a los fieles militares y civiles de la diócesis, que el tiempo de Cuaresma "nos convoca a volver a transitar los caminos del Evangelio, y descubrir las cosas que debemos cambiar en nuestras vidas para ser más fiel al Evangelio de Jesús".
El prelado castrense expresa también que la Cuaresma es un nuevo tiempo de gracia, un tiempo que se nos regala para creer en el Evangelio y convertirnos a él, como nos lo dijo al poner las cenizas sobre nuestras cabezas el miércoles que inició la Cuaresma.
Monseñor Olivera manifiesta en su carta que se une al mensaje del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, brindado el año pasado, donde nos invitaba a plantearnos seriamente la reconstrucción de la Patria. Decía: "Es inmensa la tarea de recuperar los valores más hondos, para reencaminar el rumbo de nuestra sociedad argentina, hacia un destino que nos haga vivir de un modo más humano, más fraterno, más solidario y por tanto más feliz".
El obispo de las Fuerzas Armadas advierte que "nos encontramos frente al desafío de un nuevo diálogo que parta de un cambio fundamental en el modo de escucharnos", y convoca a ver, como lo señalaba monseñor Ojea, a que, en cada expresión, en cada gesto o palabra que no entendamos del otro, busquemos preguntarnos de qué historia viene este gesto, esta palabra, en dónde están las heridas o incomprensiones, qué le pasó y buscar ponernos en su lugar e intentar recorrer interiormente ese camino".
Me uno a este deseo de mi hermano obispo, en estos tiempos para poder transitar está Patria nuestra, con sentimientos de un mundo más humano para todos, un país más fraterno y más solidario. El mismo Obispo nos invitaba, a darnos cuenta que nos encontramos frente, al desafío de un nuevo diálogo que parta de un cambio fundamental en el modo de escucharnos.+