El Papa: Si soñamos un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres
- 8 de marzo, 2019
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Ciudad del Vaticano
"Cultivar buenas relaciones fraternales a través del tiempo es un regalo y al mismo tiempo un llamado de Dios", señaló hoy, viernes 8 de marzo, el papa Francisco al recibir, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, a una delegación del Comité Judío Americano. En su discurso el pontífice mencionó, en ocasión del Día de la Mujer, la importancia de la mujer como hacedora de paz. "Si amamos el futuro, si soñamos con un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres", dijo el Papa.
"Cultivar buenas relaciones fraternales a través del tiempo es un regalo y al mismo tiempo un llamado de Dios", señaló hoy, viernes 8 de marzo, el papa Francisco al recibir, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, a una delegación del Comité Judío Americano.
Francisco agradeció la presencia de la delegación del Comité y de su compromiso con el diálogo católico judío a través de todos estos años, especialmente a partir del Concilio Vaticano II. "Me complace que con el tiempo hemos logrado mantener buenas relaciones e intensificarlas aún más", señaló.
A continuación, Francisco narró un episodio, ocurrido en el contexto de la guerra. "Un joven católico de regreso a su país, Estados Unidos, después de haber vivido los horrores en el frente de batalla durante la Segunda Guerra Mundial, comenzó a formar una familia. Después de mucho trabajo, finalmente pudo comprar una casa más grande. La compró a una familia judía. En la puerta principal estaba la "Mezuzá", y este padre quería que no se moviera durante los trabajos de renovación de la casa: tenía que quedarse allí, en la entrada. Y a los niños legó la importancia de ese signo. Él les dijo, uno de ellos es un sacerdote, que el pequeño "rectángulo" en la puerta tenía que mirarse cada vez que entraba y salía de la casa, porque mantenía el secreto para hacer que la familia sea sólida y hacer de la humanidad una familia".
"Queridos amigos, estamos llamados a construir una atmósfera de hogar, de familia, eligiendo con todas nuestras fuerzas el amor divino, que inspire respeto y aprecio por la religiosidad de los demás. No es bondad, es nuestro futuro", indicó Francisco.
El sueño de paz se realiza mirando a la mujer
Francisco mencionó a continuación que hoy, 8 de marzo, le gustaría decir algo sobre la insustituible contribución de las mujeres en la construcción de un mundo que es el hogar de todos. "La mujer -dijo el pontífice- es la que hace hermoso el mundo, lo mantiene y lo mantiene vivo. Él te trae la gracia que hace las cosas nuevas, el abrazo que incluye, el coraje de darte a ti mismo. La paz es una mujer. Nace y renace de la ternura de las madres. Por eso el sueño de paz se realiza mirando a la mujer. No es por casualidad, que en la historia de Génesis, la mujer es sacada de la costilla del hombre mientras duerme. La mujer, se origina cerca del corazón y en el sueño, durante los sueños. Por eso trae el sueño del amor al mundo. Si amamos el futuro, si soñamos con un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres".
Recrudecimiento de un clima de odio y antisemitismo
Por otro lado, el Santo Padre manifestó su preocupación "por la propagación de un clima de malicia y rabia en muchos lugares, en los que se arraigan los excesos perversos del odio. Estoy pensando, en particular, en el recrudecimiento bárbaro, en varios países, en los ataques antisemitas", dijo Francisco.
El Papa pidió estar atentos a este fenómeno y reiteró que "para un cristiano cualquier forma de antisemitismo es una negación de los orígenes, una contradicción absoluta. Debemos hacerlo como ese padre, que había visto cosas trágicas y no se había cansado de transmitir los fundamentos del amor y el respeto a sus hijos. Y debemos mirar al mundo a través de los ojos de las madres, con los ojos de la paz".
"En la lucha contra el odio y el antisemitismo, añadió el Papa, una herramienta importante es el diálogo interreligioso, cuyo objetivo es promover el compromiso con la paz, el respeto mutuo, la protección de la vida, la libertad religiosa y la salvaguarda de la creación".
El pontífice señaló que los judíos y los cristianos también comparten una rica herencia espiritual, que nos permite hacer muchas cosas buenas juntos y "en un momento en que Occidente está expuesto a un secularismo despersonalizado, corresponde a los creyentes buscar y colaborar para hacer más visible el amor de Dios por la humanidad".
Formar a las nuevas generaciones en el diálogo y la tolerancia
Asimismo, destacó Francisco dar "gestos concretos de proximidad, contrarrestando el crecimiento de la indiferencia".
"En un mundo donde la distancia entre los pocos que tienen poco y los pocos que aumentan mucho cada día, estamos llamados a cuidar de los hermanos más indefensos: los pobres, los débiles, los enfermos, de los niños, de los ancianos".
"Al servicio de la humanidad, así como en nuestro diálogo, los jóvenes esperan ansiosamente estar soñando y abiertos a descubrir nuevos ideales. Por lo tanto, me gustaría resaltar la importancia de capacitar a las generaciones futuras en el diálogo judeocristiano. El compromiso común en el campo de la educación juvenil es también una herramienta eficaz para combatir la violencia y abrir nuevos caminos de paz con todos". +