En una misa presidida por el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, el 2 de marzo inició su ministerio como párroco de la recientemente creada parroquia Nuestra Señora del Trabajo, el presbítero Marcelo Bertollo. "La misión del sacerdote y la comunidad es esta: trabajar juntos para llevar a Jesús y atraer más fieles", afirmó el arzobispo.
El arzobispo de Rosario,
monseñor Eduardo Eliseo Martín, presidió el 2 de marzo la misa en la que inició su ministerio pastoral como párroco de la recientemente creada parroquia Nuestra Señora del Trabajo, del barrio 7 de septiembre, el presbítero Marcelo Bertollo.
Participaron de la celebración el presbítero Luis Ortega, párroco de Cristo Rey, parroquia de la que nace la nueva comunidad; el vicario parroquial, y algunos sacerdotes que ejercieron su ministerio tanto en la parroquia "madre" como en la antigua capilla dedicada a la Virgen del Trabajo.
El presbítero Marcelo Porrini, Párroco de Espíritu Santo, fue el encargado de leer los decretos de erección canónica de la parroquia y de designación del primer párroco.
En su homilía, el arzobispo de Rosario destacó la importancia de darle gracias a Dios, "hoy de un modo especial, con mayor énfasis", en el marco de "un acontecimiento histórico para esta comunidad de Nuestra Señora del Trabajo".
"De la parroquia Cristo Rey, se desprende, ha crecido esta hija, toma alas y vuela con vuelo propio. Sin dudas que esta comunidad ya viene caminando hace varios años, pero ahora ha alcanzado un grado de madurez, ha habido una necesidad y gracias a Dios tenemos un sacerdote para que la pueda guiar", señaló.
En ese sentido, agradeció al padre Marcelo por su generosidad y entrega e invitó a la comunidad a caminar de la mano del nuevo párroco. Citando un pasaje de la segunda lectura, expresó: "Queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor, con la certidumbre de que los esfuerzos que realizan (y los que realizarán agrego yo) por él no serán vano".
"Dios le dice a esta Comunidad de Nuestra Señora del Trabajo que permanezcan firmes en esa certeza, que todas las obras de Dios prosperan. Todas las obras de Dios, en unión con Dios, son fecundas", aseguró, augurando una nueva etapa "llena de frutos, llena de fecundidad espiritual para toda esta barriada que ahora al tener un sacerdote permanente y autonomía pueden ser una presencia más significativa aún, con una atención pastoral continua, con nuevas energías y nuevos proyectos".
"La palabra parroquia quiere decir, la iglesia entre las casas, la iglesia entre la gente. Es la Iglesia que está en el barrio. Nosotros, que somos la Iglesia, en el barrio", explicó el prelado, y animó: "Con el Párroco que preside la fe y nos guía en la fe, debemos estar en el barrio. Nada puede hacer el sacerdote sin el pueblo de Dios que lo ayude a anunciar el Evangelio. Pero el Párroco es el que anima a la comunidad y la lleva a los buenos pastos para que pueda conocer al Señor, su Palabra y la enseñanza. El párroco preside el culto, los sacramentos porque por el orden sagrado y en nombre del Señor comunica la gracia de Dios. Este es el gran servicio sacerdotal: los sacramentos. A través de las manos del sacerdote tenemos los sacramentos", continuó.
"Una comunidad debe unirse y reunirse alrededor de la mesa presidida por el Párroco a celebrar la Eucaristía, cumbre y fuente de todo dinamismo de la vida parroquial. La Eucaristía nos convoca y de aquí nace todo ímpetu misionero, evangelizador, el espíritu de amor, de reconciliación", sostuvo. "El sacerdote también preside a la Comunidad en la caridad para que estén unidos. Por eso hay que evitar lo que no viene de Dios. Evitar las divisiones. Por eso hay que vivir al comunión de fe y amor", afirmó.
"Así, la comunidad unida en el amor es hermosa. Y las realidades hermosas atraen. Cuando hay divisiones, hay fealdad. Y lo feo repugna. Lo hermoso atrae", aseguró. "La misión del sacerdote y la comunidad es esta: trabajar juntos para llevar a Jesús y atraer más fieles", concluyó, augurando muchos frutos en esta nueva etapa y dando gracias a Dios por medio de la Virgen. "Que ella les de la gracia de crecer en número y en santidad y que Ella les dé mucho ?trabajo? como comunidad, que trabaje mucho esta comunidad para dar gloria a Dios y el bien a nuestros hermanos se haga más visible".+